Waterfall. [˖⅛]

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[Contenido explícito: relaciones sexuales. [˖⅛]

- ¡¡GIRALA, GIRALA!! - Murdoc se rió y tomó más del vaso, entonces atento a su pedido, Stuart giró la botella, otro beso, tomó de la copa, la giró nuevamente, uno más, tomó del vaso, volvió a girarla, de la borrachera se lo dió en la comisura, tomó de la copa, el peliazul no se iba a negar, era el peor juego del mundo, ni siquiera era un juego, pero para Murdoc que estaba borracho era chistoso y divertido, porque ahora cada que ese chico lindo giraba la botella, sabía que tenía la oportunidad de darle un beso y sin problemas levantaba su adormecido culo del asiento para besarlo. Las ojeras de ambos parecían telarañas oscuras que caían, estaban algo adormecidos, eran cómo las tres o cuatro de la mañana, Stuart estaba algo sobrio, lo estaría puramente si no fuera por aquella copa que el pelinegro lo había hecho beber. Giró una vez más y al Murdoc intentar levantarse se tropezó, el muchachito preocupado se agachó riéndose un poco.

- ¿Estás bien, Muds...? - Le preguntó al mirar por debajo de la mesa.

- S-i-... - Respondió complicado.

Russel y los demás justo aparecieron detrás del asiento de Stuart, al parecer ya debían irse.

- ¿Y Murdoc?, ¿dónde anda? - El de pieles oscuras le preguntó, aquél pálido muchacho sólo abrió las piernas señalando y la cabeza del agonizante salió por ahí. - ¿Qué carajos hace en el suelo? - Se rió un poco de la situación.

- Se cayó, ya tomó bastante. - Contestó sonriente.

- Bien, cargalo hasta el auto que ya es muy tarde. - Acariciándolo le pasó el pulgar por la mejilla, Stuart sólo asintió y se presentó agradable ante esa muestra de afecto, luego ayudó a Murdoc a salir de debajo de la mesa.
Caminaron hasta la puerta, el pelinegro era algo pesado para él, lo cargaba en sus brazos, lo único que hacía era reírse con la cara roja, mover sus piernas y luego acercarse hasta el rostro de Stuart para besarle la mejilla.

Entraron al hogar, Murdoc seguía algo tonto por lo que Stuart tenía que continuar ayudándolo a caminar, asi que lo acompañó por las escaleras con mucho cuidado hasta llegar a su habitación. Abrió la puerta y lo llevó a la cama, estaba totalmente manipulable, Murdoc no se movía, sólo esperaba a que Stuart lo controlara, lo acomodó con mucho cariño al recostarlo y por excitación visual acabó besándole su quebrada naríz, besó su cuello y mandíbula, se sentía muy avergonzado de hacerlo pero al ver al pelinegro tan confiado y ofrecido, no podía hacer más que expresar sus deseos.

- ¿No puedes moverte, Muds...? - Respiró nervioso.

- Hehe-... no. - Sonrió con picardía.

Eso era una invitación directa, pero Satán, que complicado que era, estaba teniendo deseos sexuales sobre Murdoc. Se cubrió la boca agitado por el calor que estaba comenzando a sentir y miró a su alrededor, buscaba ayuda visual pero nada, entonces tenía sólo una opción. Se quitó la camiseta y se tiró sobre Murdoc a besarlo, no paraban, él no podía parar, era una adicción, sentía el libre paso a hacerle lo que quisiera, sabía que él tampoco se iba a quejar pues estaba tan borracho que ni siquiera quizás lo recordaría.

- ¿Qué te voy a hacer...? - Casi gimiendo en un susurro le habló Stuart al oído, besaba la parte inferior de su oreja y lamía su mandíbula deseoso.

- Lo que sé que quieres hacer... - Él también susurró en respuesta y luego se bajó el cierre quitándose el pantalón lentamente, elevó sus piernas entrelazandolas en Stuart y buscó comprensión en su mirada, este sólo se puso más nervioso.

- Dios, perdóname por lo que voy a hacer-... - Bajó la cabeza mirando atento a la entrepierna de Murdoc, con sus manos le quitó la ropa interior y volvió a subir la cabeza, al besar su cuello introdujo sus dos pálidos dedos dentro de él. - ¿Eso querías...? -.

- Eso ap-... apenas es-... una introducción... quiero más... - Habló con dificultad por el dolor que comenzaba a sentir en el culo.

- Entonces voy a ir rápidamente a lo que yo quiero... - Pronunció Stuart para quitarle los dedos y luego desabrochar su pantalón, con dificultad se lo bajó hasta las rodillas, lo mísmo hizo con su ropa interior, podía sentirse excitado al tomar su propio miembro erecto, entonces lo llevó en dirección al ano de Murdoc. - Tú sabes que yo no soy así... pero me vuelves loco... - Le susurró el peliazul, Murdoc se acomodó más en su dirección y sonrió como un tonto. Lentamente fué introduciendo su pene dentro de él, podía ver su expresión facial de dolor, lo amaba demasiado.

- S-satán-... es enorme-... - El pelinegro agonizo, entonces Stuart para hacerlo menos complicado, simplemente lo metió de un empujón y vió los desorbitados ojos de Murdoc, podía incluso oír su agitada respiración consumiendolo al oído, muy despacio comenzó a moverse, con cada vez que volvía a entrar soltaba un leve gemido, entonces se dió cuenta de que las cosas se estaban volviendo duras cuando sintió sus brazos verdes en su espalda, abrazándolo con desesperación y necesidad. Elevó la velocidad de las estocadas con más deseo, ya ni siquiera tenía la habilidad de preguntarse que estaba haciendo, pero sí de que pasaría luego, se empezaba a sentir preocupado, ¿qué si Murdoc no había dicho la verdad cuando se confesó?, ¿y si a la mañana dejaba de quererlo?, ¿y si estaba haciendo mal al tener relaciones con él?, ¿acaso iba a dejar de tomarlo en serio?, ¿qué tenía que hacer para recibir comprensión de Murdoc? Fué más rápido, sacó su enorme lengua.

- ¡Mierda, Stuart-...!, ¡A-AH...!, ¡más, más! - Sonreía al sentirlo tan profundo, entonces supo que tenía que seguir embisiendolo.

Oh y toda esa duda desapareció cuando sintió que estaba a punto de venirse, los gemidos de Murdoc habían comenzado a ser tan altos que su aliento caluroso lo asesinaba, dió unas últimas embestidas y se aferró más.

- Te amo... te amo... te amo, Murdoc... - Repetía susurrando a su oído al venirse dentro de él, acabó completamente bañado en sudor, entonces muy simplemente recostó su cabeza en el pecho de su hombre y fué sacando su miembro. Le bajó las piernas y lo empujó más al centro de la cama, arrastrandose por el borde se acercó hasta él y se recostó arriba suyo.

- ¡¿¡QUÉ NO SABEN CERRAR LA PUERTA!?! - Noodle gritó apenas pasó junto a Russel y Ace, estaba tan cansado que lo único que hizo Stuart fue darse media vuelta, mostrarle del dedo del medio a la muchacha y hacer una seña obscena con una sonrisa de burla, la joven sólo dió un portazo y desde ahí lo último que oyó fué la voz de Ace gritándole "¡¡SUCIOOS!!".

𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽    [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora