𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]

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Salieron del auto, Murdoc lo apoyó y fué directo al agua, lo tomó de la mano y corrieron nuevamente hacia dónde estaban los trabajadores. Detrás de unas cajas observaron.

- Tengo miedo... ¿estás seguro...?. - Le habló al de pieles verdes.

- Muy. Cuando suban ese último container, pasamos por la cuerda y si nos ven, sólo corre y hazte una bolita en alguna esquina dónde no te puedan ver, yo te buscaré. -.

- ¿Qué vamos a comer...?. -.

- ¿Me viste cara de tonto, Stuart?, en la bolsa tenemos un par de cosas que saqué de la cocina de la prisión, vamos a robarle a estos tipos las sobras y si podemos, un plato completo, ¿te parece?. -.

- Muds, ¿vamos a estar bien?. - Mantuvo una mirada de melancolía que a Niccals lo podía manipular de una manera que no entendía, no sabía cómo decirle la verdad, no sabía cómo comportarse como siempre, quería decirle "no, pedazo de estúpido, probablemente nos vamos a morir de hambre y si tengo que hacerme caníbal para comerte, lo voy a hacer" pero su cabeza estaba en batalla, no se podía permitir romper con la promesa que le hizo a Rachel, aunque podría no importarle un comino, de alguna manera, de algún modo, era lo primero que se le venía a la cabeza cuando veía a Stuart con ese rostro que tenía escrito "te entiendo y no me pareces el diablo".

- Lo vamos a estar, te lo prometo, - Finalmente rompió el silencio que utilizó para pensar. - ahora apúrate que no vamos a perder nuestras vacaciones en Chicago, mi amor. - Bromeó besándole la mano.
Lo miró avergonzado, comenzaba a sentir tanto calor que tuvo que tomarse de la camisa para airear su pecho, pero se distrajo cuando Murdoc se paró, era hora.

- Tarde o temprano lo van a notar... - Se preocupó Russel.

- Ya, Russ... tranquilo, ¿sí?. - Lo consolaba Ace.

- No puedo creer que me hayan dejado... -.

- Quizás... quizás hayan salido a buscar cómo sacarte, no querían ponerte en peligro ni que te desesperes o no los dejes ir, tú eres muy correcto, estoy seguro de que no habrías dejado que escapen si hubiera sabido que eso es lo que era. -.

- No, estoy-... estoy muy confundido Ace, no sé si me enoja o me asusta... me preocupa que Murdoc le pueda hacer algo a Stuart o viceversa... ¿Qué si los atrapan?, no quisiera que Murdoc pasase por otra cosa que lo marque o Stuart tenga que vivir en una miseria más baja que en la que vive. -.

- Russ, tranquilo, va a estar todo bien, amigo, yo voy a ayudarte a que las cosas salgan bien, vamos a encontrar un modo y estoy seguro de que se van a cuidar. -.

- Murdoc-... Murdoc no es así, Ace, para él le es imposible tolerar y cuidar. -.

Con éxito lograron subir, ya estaban arriba de uno de los containers, entonces el candado se abrió, Stuart se aferraba a su camiseta. Abrió las puertas y pasaron, habían un coche, cómo Murdoc lo suponía, pero lo que no había supuesto es que el vehículo era un descapotable.

- Aquí vamos a pasar el tiempo, es nuestra casa desde ahora, lo bueno es que ya tenemos una cama. - Explicó el de pieles verdes mostrando el choche.

- Se ve-... cómodo... lo digo en serio. - Sonrió un poco.

- Todo para mon chérié. - Fingió elegancia.

- Murdoc, estoy seguro de que no dices eso conociendo el significado. -.

- ¡AGH!, ¡CÁLLATE!, ¡SABES QUE LO DIGO EN BROMA!. - Se ofendió bastante.

- Ya, no te molestes, ¿dormimos un rato?, estoy cansado. -.

Sólo asintió y se arrastraron por detrás del auto hasta llegar a los asientos traseros dónde se sentaron descansando un poco, Murdoc husmeaba una de las bolsas buscando algo que Stuart no comprendía, entonces lo vió sacar una botella de metal curvada junto a un cigarrillo algo descuidado y una bolsita de tela que parecía ofrecerle.

- ¿Qué...?, ¿qué es esto, Muds?. - Tomandola con sus manos le preguntó.

- Recordé lo de tus dolores de cabeza matutinos y como ví que no anotaste nada, traje un par de pastillas, quedatelas por cualquier cosa. -.

Las miró por un momento, sus ojos se llenaron de brillo, no entraba ni una luz al lugar, pero aún así radiaban, quizás era por la ternura que Murdoc le daba y pensar en aquello comenzó a hacer que se acelerara, lo cuál no le agradaba para nada, pues, eran señales que reconocía. Se acercó hasta él muy despacio y le besó la mejilla mientras lo tomaba de la mandíbula.

- ... -.

- Gracias, Murdoc... -.

- Denada. -.

Dureza pura para ocultar la suavidad que acababa de demostrar.
Se acomodó en el asiento, Murdoc también lo hizo, ambos quedaron recostados con las piernas cruzadas con las del otro, olía a noche larga, muy larga, quizás para los pensamientos, quizás para que Murdoc comprendiera como es que debía ir soltandose con lo que se sentía cómodo sin pensar en comentarios de su padre o quizás para que Stuart razonara porque se había sentido acelerado, ninguno sabía por su lado lo que sentía.