Otra vez dibujando y anotando, esta vez en el desayuno, se veía bastante concentrado por lo cuál ninguno de los dos lo interrumpía, de todas maneras Murdoc no podía, estaba demasiado adormecido para hablarle y Russel tampoco, se veía hambriento.
- Muds. - Lo llamó Stuart.
- ...¿Ah-...?. - Adormecido contestó a su llamado.
- Esta noche a la sala. - Muy serio le ordenó.
- ...¿Sala...?, ¡aaaah...!, la sala... -.
- Si, hice una lista de lo que necesito que consigas, yo también tengo una para mí. -.
- ¿De qué están hablando?, ¿se van a escapar?. - Levantó la cabeza Russel.
- No seas tonto, Russ, si nos fueramos a escapar te hubieramos dicho para llevarte con nosotros. Sólo vamos a ir a explorar otra sala oculta. - Muy dulce le habló el peliazul.
- Bueno, eso es lindo, Stu... aún así necesito que se cuiden si van a ir. -.
- Con un-... con un Murdoc ya tiene suficiente. - Niccals sonrió con todos sus dientes como un maniático y luego volvió a cerrar los ojos adormecido.
- Tiene razón, Stuart, no vayan a discutir, cuídense uno al otro porque van a un lugar nuevo, es posible que los atrapen o quizás se lastimen en el proceso. - Preocupado cómo padre les indicó el de pieles oscuras.
- Tranquilo, Russ, vamos a estar bien, gracias por preocuparte. - Stuart le sonrió alegremente.
Si bien le agradaba que empezaran a hacerse cercanos, le daba miedo que Stuart pudiera llegar a sufrir por parte de Murdoc, se estaba comportando muy bien pero... no sabía nada de él, de todo lo que realmente ha sido, sigue siendo y probablemente será. Es un tipo complicado con muchos problemas y pocos psicólogos, a diferencia de Stuart que aunque tiene bastantes complicaciones también, se ve más moderado y sanado de lo mísmo. Por un lado más egoísta... bueno... le hubiera gustado saber al mísmo tiempo que Murdoc esa información, también le hubiera agradado que lo invitaran aunque supieran que no iba a aceptar, sólo eso, que lo incluyeran.
Con mucha suerte pudo hallar los artículos, corrían riesgo porque muy seguramente se iban a notificar del producto faltante y al ser un robo sin tiempo distanciado los iban a descubrir tarde o temprano, pero eran las indicaciones de Stuart, él era "la mente maestra" de la película después de todo.
Por su lado estaba aterrado, sí, él también sabía que era la guía porque era su plan y su cabeza y eso sólo lo presionaba más y más, no podía tener miedo, él era la base, pero recoger aquellas cosas tomandolas prestadas lo hacía pensar en todos los riesgos, ¿y si notaban el robo masivo?, ¿qué iba a pasar si se los pedían de vuelta?, ¿los trasladarían a los dos a diferentes prisiones?, ¿y Russel?, ¿si no volvían a ver a Russel?, se sentiría muy mal de abandonarlo, ya de por sí se sentía algo culpable de no llevarlo a la sala con ellos pero tenía muy en cuenta lo difícil que sería ya ser tres prisioneros faltantes, eran riesgos que no podían correr.
Llegó a la celda y fué ocultando cada cosa en lugares en los que no se vieran, velas a los costados de la cama, cubiertos descartables bajo la almohada, camisetas en la base del colchón, una botella de alcohol en la esquina, algodones, gasas, vendas, incluso con demasiado esfuerzo pudo conseguir cuatro puntas de jeringa. Murdoc apareció por detrás suyo, fué sacando una por una todas las cosas que Stuart le había pedido, sentía que las cosas iban a salir bien así.- Los cerillos son lo más importante, ¿dónde los guardamos, Stu?. -.
- Mi oído. -.
- ...¿Disculpa-...?. -.
- Mi oído, los meteré a mis orejas, ¿salimos antes de la cena?. -.
- Te vas a lastimar si haces eso, pero si, salgamos antes, yo le dije a Russel que hiciera los bultos de ropa. -.
- Bien, ¿dónde están los cerillos?. -.
- No voy a dejar que te los entierres en el oído y luego comiences a sangrar, deja que yo los oculte. -.
- No me van a sangrar. -.
- Los vas a llenar con cera y es un asco, además no tienes asegurado de que no te sangren, si lo hacen te voy a tener que llevar a la enfermería y luego nos van a descubrir por tu estupidez. -.
- Bien, puede que tengas razón pero entonces vamos a guardarlos muy bien. -.
Murdoc le hizo una seña para que se acercarse, Stuart sólo obedeció al llamado y luego fué acomodado por el guitarrista para que quedara un poco más bajo que su altura. Del costado le tomó un gran mechón de cabello y comenzó a trenzarlo, entre aquello ocultó un cerillo sacándolo del pequeño bolsillo de su camiseta, ató aquello con una liga que había robado de Ace.
- No sabía que hacías ese tipo de cosas. - Le sonrió Stuart.
- Cuando tienes un hermano algo marica, aprendes. -.
Siguió haciendo trenzas ocultando cerillos entre mechones y mechones, estaba tan concentrado que no notaba el rostro de admiración y amor con el que Stuart lo miraba. Murdoc se veía tierno peinandolo.
- Creí que lo aprendiste por tu mamá, ya sabes... - El peliazul formó el silencio con aquello.
- ... -.
- ... -.
- No tengo mamá. - Simple pronunció el guitarrista, no quería molestarse.
- Oh-... perdón. -.
- No sabías. -.
- Aún así... -.
Acabó de hacérselas y Stuart volvió a subir, se miraron a los ojos por un rato, él quería abrazarlo pero había una pequeña distancia asi que sólo se permitió agradecerle en voz baja.
Extra: (A la tarde hubo un encuentro con Ace y este mísmo sorprendentemente acabó con el ojo morado; Stuart lo golpeó con mucha molestia porque el bajista no paraba de gritarle al oído "¿qué es eso?, ¡lo que te cuelga tras las orejas!" sólo para que el muchacho le respondiera "¿qué?, ¿mis trencitas?".)
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𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]
Romance❝ La esperaza de Murdoc ahora es protegerme, la mía es su sonrisa. ❞ Una condena en la prisión parecería ser algo malo por la entidad que genera su sonido, pero ellos dos la utilizaron para adormecerse y sumirse en sus defensas aunque allí tuvieran...