𝓜𝓸𝓷𝓲𝓽𝓸 𝓓𝓮 𝓖𝓸𝓶𝓪. (𝐋𝐮𝐟𝐟𝐲 𝐲 𝐓𝐮)

CAP 62

Después de una ardua pelea, por fin lograron salir de Impel Down. En el transcurso de la fuga, sucedió un sacrificio que jamás olvidarían. Bon clay se había sacrificado para que pudiesen salir, haciendo que las puertas de la justicia se abrieran para dar paso a todos los prisioneros. Incluido los dos sombrero de paja.

Se encontraban dentro de un acorazado de la marina, en donde iban en dirección a Marineford. Todos listos para pelear, aunque algunos con diferentes objetivos.

— ¿Aún sigues viendo la Vivrecard?.— interrumpió ______, tras al ver al chico observar la palma de su mano.

Encontrándose los dos, en la parte delantera del barco, estando por un momento a solas.

— Me preocupa no llegar a tiempo, si tan solo me hubiera apresurado, él estaría aquí con nosotros.— bufó el chico con un tono triste.

— No digas eso Luffy, diste todo por llegar hasta allí y ahora mírate, no te has dado por vencido...Pero Oye, Monito de goma, no te pongas así.— dibujó una agradable sonrisa en sus labios, emanando confianza.

— Me alegra que estés aquí conmigo.— sonrió el chico de la misma forma.— Por cierto ______, ¿Qué hacías dentro de Impel Down?.— cambió de inmediato su rostro, a uno de preocupación.

— Es una historia muy larga y algo complicada, digamos que llegué allí por voluntad propia, pero lo tenía todo fríamente calculado...— no era cierto, al ir hasta ese lugar era como si tirase una moneda al aire, esperando el resultado imprevisto, teniendo suerte.— Por cierto, Ace me contó mucho sobre ti, en verdad que eran unos niños que sacaban canas verdes.— rio la chica, contagiando al contrario.

— Es verdad, estuviste con el. ¿Qué más te contó?.— preguntó ansioso el joven, esperando oír más.

— Dijo que ustedes eran inseparables y que desde niño siempre causabas problemas, y que no has cambiado nada.—

— Es verdad, Ace y yo; competíamos mucho.— dijo mientras recordaba las travesuras que hacían juntos y los muchos problemas en el  que se metían.

— Todo eso me contó, ¿Y cómo fue que llegaste hasta Impel Down?.—

— Hancock me ayudó a entrar, también me dio comida y mucha.—

— ¿Hancock? Suena a que es agradable, me alegro que te haya ayudado, ahora nosotros te ayudaremos a traer de vuelta a tu hermano.—

— Sobre eso, ______; me gustaría que evitarás involucrarte en la pelea que habrá.—

Ante aquellas palabras, la chica frunció el ceño. ¿Cómo le podía pedir eso?, si ya sabía perfectamente su respuesta.

— ¿Por qué me lo preguntas? Ya sabes lo que te diré.— soltó sin más.

— _______, por favor.— dijo a casi súplicas, colocando un gesto enterneciendo a la contraria.

— No me hagas ese gesto, porque  te diré que no con culpabilidad.— respondió, evitando mirarle a los ojos.

— Es que no quiero que te suceda nada.— dijo cabizbajo, preocupado por el estado de la joven.

— Y no me pasara nada, confía en mí. Se supone que estoy aquí para ayudarte, déjame hacerlo.—

Tomó de las manos al chico, para alzar su mirada, la diferencia de estatura no era mucha pero el chico era mayor que la de ella.