𝓜𝓸𝓷𝓲𝓽𝓸 𝓓𝓮 𝓖𝓸𝓶𝓪. (𝐋𝐮𝐟𝐟𝐲 𝐲 𝐓𝐮)

CAP 65

— ¡Eso es, lo lograron!.—

— ¡Ese mocoso es imparable!.—

— ¡También la chica, los dos son increíbles!.—

— ¡Sombrero de paja!.—

Los dos bandos hicieron un escándalo, algunos gritaban y festejaban entre ellos, mientras que el otro bando, buscaba la manera de estropear aquel rescate.

— ¡Aún no ha terminado, disparen cuando toquen el suelo!.— ordenó un líder de la marina.

Y justo al tocar el suelo, Ace soltó una gran cantidad de fuego que hizo retroceder a todos los que querían hacerles daño.

— Quien lo diría, mi hermanito me salvó al final de cuentas, aunque me duela mi orgullo... muchas gracias Luffy y tú también ______, por cuidar a este idiota.—

— Se hace lo que se puede.— sonrió la joven,
Dejando a Mr.3 en el suelo.

Pronto los rodearon por completo, armados para disparar. Indicando que no se movieran para no hacer más difícil la situación.

— Yo creo que ustedes pueden, iré a ver a Jinbe-san.—

— ¡De acuerdo!.— asintió el capitán.

La joven _______, salió de allí y voló hacia donde estaba Jinbe, en donde lo encontró junto a Barbablanca para ayudarle con los enemigos.

— ¡Jinbe-san!, ¡¿Cómo está?!, ¡¿Se encuentra bien?!.—

— ¡________!, es increíble lo que hicieron con Luffy-kun.—

— Todo es gracias a usted viejo, se los agradezco por haber ayudado a mi capitán.—

— Ese mocoso hizo un gran trabajo.— soltó una enorme risa, a pesar de las incontables heridas que tenía.

Un escándalo de escucho repentinamente, era el pirata que había traicionado al emperador y ahora venía con toda su tripulación en su barco, para remediar aquello y morir en batalla.

— Estos desquiciados...— bufó Barbablanca.

— ¿Eh?... ¡¿Eehh?!, ¡Vienen hacia aquí!.— exclamó ______ asustada, al ver el gigante barco acercarse en su dirección.

Cerró sus ojos, mientras que cubría su rostro con sus manos a modo de defensa, en momentos así, olvidaba que podía utilizar sus alas para escapar.

— ¡¿Qué?!, L-Lo detuvo con un solo brazo...— murmuró al ver que el barco se detuvo a escasos centímetros de donde estaba.

— Prefieres morir a cargar con la culpa, ¡Pero solamente eres un egoísta!, ¡Ningún padre quiere enterrar a sus hijos!... ¡No seas ridículo, lo que me hiciste fue solo un rasguño!, ¡Mi muerte se veía venir desde mucho antes!... ¡Entiendan de una vez que ya soy un anciano!.—

Todos, especialmente los piratas de Barbablanca, escucharon lo que su padre les tenía que decir. Aunque no querían oírlo ya que sabían a dónde iba todo eso.

— ¡Yo me quedaré para asegurarme de no perder a más de mis hijos!.— Dio unos pasos hacia al frente, para ver a su tripulación.— ¡Escuchen bien piratas de Barbablanca...! ¡Estas son mis órdenes finales como su capitán!.—

El hombre lucía imponente, lo que hizo retroceder a la joven que se encontraba a metros de distancia.

— ¡No te dejaremos!.—