Capitulo 27 «Abrazo».

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NamJoon se giró de inmediato cuando escuchó la puerta ser empujada, se sorprendió un poco al ver a TaeHyung con los brazos alzados corriendo hasta él.

— ¡NamJoon Hyung! — tropezó con sus propios pies.

Y como si se tratara de una película de esas muy dramáticas NamJoon logró detener su caída — ¿Estás bien?.

Tae solo sonrió mostrando sus dientes y le miró a los ojos, quedándose un momento admirandolos, su color y la forma de estos — Si... gracias a ti — se enderezó y formó un puchero con sus labios cuando las manos del otro se apartaron.

El moreno sintió el olor a alcohol — Al parecer estás muy tomado.

Negó repetidas veces y sus cabellos se movieron a la par, cosa que le pareció muy tierna al mayor, aún se seguía viendo muy lindo.

— Solo un poquito — le mostró con sus dedos — no estoy ebrio — volvió a sonreírle — Porque si yo estuviera ebrio ¿podría hacer esto? — estiró sus manos y levantó uno de sus pies pero se tambaleo siendo nuevamente sujetado por el más alto.

NamJoon había sonreido por aquello sosteniendole bien de la cintura.

Entonces allí estaba de nuevo, su corazón saltando, porque aparte de que su rostro estaba a una corta distancia del de Nam, este habia sonreido, por una estupidez que él hizo, pero habia sonreído, por primera vez...

Y se veía tan bonito.

Él le correspondió.

— Al parecer no puedes TaeHyung... ¿quieres un poco de agua?.

Negó — Quiero volver a verte reír.

Nam juntó las cejas sin entender.

— No lo haces muy seguido y me gustó verte sonreir — soltó sin pena alguna, aunque sus mejillas se encontraban de un tono rosa.

Lo que le pareció al mayor un aspecto demasiado dulce y tierno, era normal que Tae estuviera diciendo aquello, después de todo, el alcohol lo ocasiona.

Lo que no sabía era que en ese momento TaeHyung estaba siendo tan serio y sincero con sus palabras, aunque estas salieran un poco enredadas.

— Tienes las agujetas desatadas, vas a terminar en el suelo — negó con una sonrisa y se agachó para atarlos en un lindo y derecho lazo.

El castaño se le quedó mirando, y apretó sus manos — No me había fijado — mintió cuando claramente recuerda haberlos jalado afuera en la calle.

— Listo — se enderezó.

— Gracias — movió sus pies observando el lazo — muy bonito.

— Ahora, debes tomar un poco de agua para bajar el alcohol, si no, te vas a arrepentir mañana — insistió.

Tae volvió a hacer un puchero — Yo puedo buscarla solo.

— Lo sé, pero no creo que en este momento puedas... voy a acompañarte.

Lo pensó — Solo me llevas — le advirtió.

Asintió — Bien... ¿Vienes solo?.

— No... estábamos celebrando y bailando — le contó con una gran sonrisa — y le pedí a JiMin que me trajera porque quería verte.

El moreno abrió los ojos sorprendido — ¿A mí?.

— Ah... y a mis lirios ¿dónde están? — movió su cabeza buscándole.

— Bebamos agua primero ¿si?...

Asintió como si fuera un niño obediente — Y luego podemos hablar... papá estaba muy feliz con la compra de la casa de campo.

En Los Brazos Equivocados / Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora