SunMi últimamente pasaba mucho tiempo en el estudio pintando, YoonGi se había ido de viaje, en ese momento pensaba como es que el tiempo había pasado tan rápido, como es que su hijo ya era todo un hombre... Ya no sentía miedo pues la persona que más ama en este mundo ya no estaba viviendo bajo el techo de aquella casa.
Su casa...
Ya tenía todo listo, HyungSoo había firmado los papeles de divorcio, ya no había nada que la atara a aquel hombre del cual estaba tan decepcionada... pues este ya no era la persona de la cual estuvo por tanto tiempo enamorada. La casa estaba a nombre de YoonGi, pensaba en dejársela y que su ex esposo abandonara el lugar cuando antes. Su propia fortuna también pasaría a manos de su hijo, la recompensa de todos los años de esfuerzo y trabajo, todo seria para su niño.
Ella no necesitaba tantas cosas para vivir más que una pequeña casa retirada de la sociedad, sus pinturas y comida... Por fin viviría feliz.
Después de tantos maltratos, encierros y gritos, sería libre...
YoonGi no tenía porque enterarse, jamás le hablaría mal de su padre, aunque HyungSoo se lo merezca, no era capaz... la relación de ambos ya era lo muy mala como para empeorar todo.
Ho SunMi ha soportado maltratos por años, no puede creer como es que HyungSoo logró enamorarla usando esa máscara de amabilidad, de educación, del hombre perfecto... Pues después de que YoonGi nació, este comenzó a mostrarse como realmente era...
Una bestia.
Pero ya no más. Kim SongWo y NamJoon -al cuál consideraba también como a un hijo- se marcharian a una casa lejos, a la ciudad donde estaban enterrados los restos de la madre del moreno.
La mudanza había llegado y ordenó a los hombres que llevaran con mucho cuidado todo...
- ¿Entonces ya no hay nada que te haga cambiar de opinión? - resonaron los pasos del mayor, acercándose a la mujer.
SunMi retrocedió un poco, no porque sintiera miedo, claro que no... Es solo que ya no quería estar cerca de él. Compartir el mismo aire se sentía tan asfixiante - No, sabes que es lo mejor.
En cuanto más se acercaba, era más visible el estado tan demacrado en el que este se encontraba.
HyungSoo se drogaba... ya no era aquel respetado abogado, estaba perdiendo credibilidad ante su propia empresa, sus negocios se estaban viniendo abajo, lo estaba perdiendo todo. Hasta a su familia, la cual él mismo de encargo de separar.
Y es que cada vez que tomaba aquellas sustancias se volvía como loco, perdía el juicio y descargaba contra ella toda esa frustración. Aún recuerda con dolor cuando YoonGi le sostuvo la mano con fuerza advirtiéndole que si ponía una mano sobre ella, se iba a arrepentir... le dió tanto miedo pensar que su hijo absorbiera tanto odio, YoonGi merecía ser feliz, y si ella podía evitar que su hijo tuviera una vida miserable, haría hasta lo imposible para impedirlo.
- No me dejes... - sollozó apretándose la frente, cerrando sus ojos enrojecidos con fuerza - tu no me puedes dejar SunMi... yo te amo.
La mujer se sorprendió de la rapidez con la que llegó hasta ella apretándole de los brazos, sacudiendola entre lágrimas.
- ¡Tu no me puedes dejar! - la miró a los ojos - nosotros hemos sido felices...
- Me estás haciendo daño... - se movió - ¡Ya suéltame!...
- ¡No!... No te voy a soltar hasta que me digas por qué me haces esto - apretó sus dientes.
- Porque ya no te amo... ya no eres ese hombre que me hacía feliz - le sostuvo la mirada - no puedo soportarlo más...
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En Los Brazos Equivocados / Yoonmin
RomansaJiMin quiere salir de su pobreza de la manera equivocada y más fácil que se le pudo ocurrir... y es seducir a su profesor el cual cabe recalcar que es mucho mayor que él, y más poderoso de lo que imagina. Pero a JiMin eso no le importa, no cuando el...