ᴜɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ

104 10 4
                                    

La luz tenue del pequeño bar oculto en la base iluminaba los vasos vacíos y las botellas alineadas en las repisas. Negai estaba sentada en la esquina de la barra, girando un vaso medio lleno entre sus manos. El líquido carmesí reflejaba la poca luz del lugar, pero esta vez no lo bebía. En cambio, miraba fijamente el cristal, como si buscara respuestas.

Hawks llegó poco después, con una sonrisa despreocupada, pero en sus ojos había una pizca de preocupación. ─¿Qué? ¿Otra vez aquí, Negai? Pensé que habíamos hablado de esto.

Ella levantó la mirada y forzó una sonrisa. ─No estoy bebiendo, Hawks. Solo estoy pensando.

Hawks suspiró aliviado mientras se sentaba junto a ella, sus alas recogidas pero aún destacando en el espacio reducido. ─Mira, no te estoy diciendo qué hacer, pero me preocupo por ti. Ya sabes cómo eres cuando... bueno, cuando tomas demasiado.

Negai apretó el vaso con más fuerza, sintiendo el peso de sus palabras. Era cierto. Había tenido noches donde el alcohol era su única compañía, buscando en la bebida una forma de ahogar sus emociones y el caos que la rodeaba. Pero, desde que Hawks había entrado en su vida, algo dentro de ella había cambiado.

─Hawks─ comenzó, su voz apenas un susurro. ─¿Sabes por qué tomo?

Él la miró con interés, apoyando un brazo en la barra. ─Dímelo.

Ella bajó la mirada, como si las palabras fueran demasiado pesadas para salir. ─Porque a veces siento que no puedo con todo. El pasado, la Liga, mi familia, mi... culpa─ se mordió el labio, luchando por mantener la compostura. ─Y el alcohol me ayuda a olvidar. Al menos por un rato.

Hawks permaneció en silencio, pero su mano se deslizó suavemente sobre la de ella, alejando el vaso de su alcance. ─Negai, no necesitas eso. No tienes que olvidarlo todo para ser fuerte. Y no estás sola. Tienes a alguien que cree en ti. ¿Sabes quién es?

Ella lo miró directamente a los ojos, perdiéndose en ese dorado cálido que siempre parecía irradiar confianza. ─Tú.

─Exacto─ respondió Hawks, esbozando una sonrisa. ─Y si yo creo en ti, tú también deberías hacerlo. Pero no puedo ayudarte si sigues escapando con esto─ señaló el vaso vacío.

Negai suspiró profundamente, su mirada volviendo al líquido en el fondo del vaso. ─¿Y si no puedo hacerlo, Hawks? ¿Y si fracaso?

Él se inclinó hacia ella, colocando una mano bajo su barbilla para que lo mirara. ─No importa cuántas veces tropieces. Estoy aquí para levantarte. Pero quiero que hagas algo por mí.

Negai asintió lentamente. ─¿Qué cosa?

─Prométeme que dejarás de tomar─ su voz era suave pero firme, sin rastro de burla o duda. ─No porque yo te lo pida, sino porque tú lo quieres. Porque sabes que eres mejor que esto.

Negai lo miró fijamente durante varios segundos antes de asentir con determinación. ─Yo... Lo prometo, Hawks.

Él sonrió ampliamente, esa sonrisa despreocupada que siempre lograba derretir sus defensas. ─Eso es lo que quería escuchar.

. . .

Las semanas siguientes fueron un reto para Negai, pero ella se mantuvo firme. Cada vez que el impulso de tomar regresaba, pensaba en las palabras de Hawks, en cómo la miraba con orgullo y confianza. Guardó su promesa, dejando de lado el alcohol por completo.

Un día, mientras estaban juntos en un pequeño rincón de la cafetería de la base, Hawks levantó su vaso de jugo para hacer un brindis improvisado. ─Por Negai─ anunció con su típica actitud teatral. ─La mujer más fuerte que conozco. Literalmente dejó de tomar por este hermoso rostro.

Ella rio suavemente, pero en sus ojos había un brillo genuino. ─No fue por tu rostro, tonto─ respondió. ─Fue por ti. Por nosotros.

─Bueno, sea como sea, estoy orgulloso de ti─ respondió él, chocando su vaso con el de ella. ─Eres increíble, ¿sabes? Aunque yo ya lo sabía desde el principio.

Negai sonrió, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, había encontrado algo más fuerte que cualquier bebida: el amor y la esperanza que Hawks le había dado.

𝐈𝐍𝐂𝐋𝐔𝐒𝐎 𝐒𝐈 𝐌𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐒 | HawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora