Capítulo 07

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No tiene ni la menor idea de que poner en la carta. Es la primera vez que escribe algo para su familia, por lo tanto se encuentra en blanco. Sintió la mirada intimidante del cartero, el cual está casi queriendo decirle que se apresure a escribir unas cuantas palabras para irse.

Por suerte —si es que así se le puede decir de ese modo— el general Dreikor comenzó a conversar con el cartero para darle más tiempo a Freen, sabe perfectamente lo difícil que puede llegar a ser escribir una carta, le pasó lo mismo. Trató de hacer que el cartero ablandara la mirada, lo cual consiguió segundos después.

Freen se puso a pensar.

Miró la hoja blanca que le han dado, trató de pensar en algo, pero su mente se encontraba en blanco. Trató de tomarse esto con calma, de lo contrario, terminaría mandando únicamente un par de monedas, sin una sola nota. Su familia quizá se sentiría decepcionada de ella por no haberles mandado una carta.

Miró al general Dreikor de reojo, sigue conversando con el cartero, el cual tiene ya una edad muy avanzada, casi parece estar a punto de caerse muerto. El general Dreikor parece ser alguien que goza de bondad, amabilidad y vaya que de una buena belleza que es difícil no apreciar. Es igual de alto que ella, aunque le gana en los músculos, ya que el entrenamiento de los generales suele ser muy pesado.

Suspiró.

Tomó la pluma que le habían dado hace unos minutos atrás, comenzó a escribir.

Una vez que terminó de escribir todo lo que se le pudo haber ocurrido en ese momento, leyó. Al principio pensó que lo que estaba escrito haría que sus padres se rieran de ella, pero después se dijo a sí misma que posiblemente sus padres terminarían llorando por haber recibido una carta de su hija. Colocó la bolsa de monedas de oro sobre la bolsa del cartero, junto a una etiqueta con su nombre, después colocó la carta en la canasta donde estaban las demás.

Le hizo una señal al general Dreikor para que dejase de hablar con el cartero, el cual ya se encontraba molesto. El hombre se despidió del cartero, aunque éste no le devolvió el saludo, más bien rodó los ojos y comentó en voz baja que ambos eran sumamente molestos.

Escuchó al general suspirar.

—¿Qué tal va tu trabajo como guardiana de la princesa?— preguntó, llevando ambas manos hacia su cabeza, luego de eso volvió a suspirar, esta vez sonó cansado —. Seguramente es difícil estar todo el día de un lado hacia el otro, teniendo en cuenta que la princesa suele tener mucha energía.

—Bien — respondió su pregunta, ignorando totalmente las otras palabras del mayor ya que las consideró innecesarias.

Dreikor lo miró de reojo, esperando a que dijera alguna otra palabra, pero no hubo nada.

—Eres introvertida.

Freen suspiró.

—Me agradas — soltó una risa baja —, las personas que son calladas y pacíficas me agradan más, estoy seguro de que seríamos buenos amigos, ¿no lo crees?

Asintió

—¿Eres amigo de la capitana Engfa?

—Engfa da miedo — aún sigue teniendo ambas manos detrás de su cabeza —, pero sí, somos muy buenos amigos, aunque no lo parezcamos. Hay veces en las que pasamos el tiempo libre, ella me invita a los bares que no están muy lejos del palacio.

—¿Bares? ¿les permiten ir a bares?

Comenzó a negar.

—No está permitido que un general vaya a bares, sin embargo, nos gusta romper las reglas de vez en cuando. Ha, nadie creería que la misma Capitana Engfa Waraha rompe las reglas, ya tengo con que manipularla.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora