Capítulo 24

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—Su Alteza —la llamó, con una voz delicada que calentó el corazón de la princesa, quien de inmediato giró para verla con una sonrisa en los labios y ojos brillantes debido a la emoción—. Esta noche, especialmente, se ve muy hermosa.

Rebecca se sonrojó, como siempre.

—¿Crees que luzco hermosa aun cuando mi cabello está áspero debido a la lluvia y mi vestimenta está manchada de lodo? —le preguntó, ladeando su cabeza en un modo divertido.

—Sí.

—¿Y si tuviese mi rostro manchado de barro? ¿Aun así luciría hermosa para ti?

—Sí.

—¿Y si...?

Freen tomó las manos de Rebecca y las apretó con delicadeza, La princesa miró hacia todos lados tratando de ver si alguien las estaba mirando. Ha habido varías personas que las han reconocido y si las ven haciendo un acto indecente sería algo muy difícil de explicar.

—Y si tuviese vestimentas rotas y sucias, aun así me seguiría pareciendo linda. Aun cuando estuviese todo manchada de sangre, lodo o alguna otra cosa que se le venga a la mente, me seguiría pareciendo lo más lindo que mis ojos hayan visto. Alteza, me gustaría darle mis ojos para que viese lo linda que siempre se mira. Alteza, mi Alteza, no solo estoy enamorada de su belleza, sino también de su alma y el sonido de su voz, su corazón y esa sonrisa que tiene.

—Oh, me vas a hacer llorar —miró hacia otro lado—, de verdad. De tu boca siempre salen las palabras más bellas que jamás he escuchado y, a decir verdad, todo lo que me has dicho, es lo que siempre quise que me dijeran.

—Esta guardiana... esta princesa Consorte se asegurará de siempre decirte cosas bellas.

—Eso espero.

—Sígame.

—¿A dónde vamos?

—Hay una taberna por aquí —comenzó—, y siempre hay doncellas que tocan música muy buena, así que, pensé en llevarla para que bailemos unas cuantas canciones. Y, quizá podamos beber algo.

De pronto, a su mente vino el vago recuerdo de la vez que también estuvieron en un lugar así. Freen la había puesto debajo suyo y se habían besado hasta quedarse sin aire y el simple hecho de que puede volver a pasar algo como eso, ha hecho que se emocione un poco.

Quiere entregarse a Freen.

A decir verdad, la música que se escucha en el pueblo tiene un tono diferente a la que tocan en el palacio y no sabe por qué. Hay doncellas bailando sobre las calles, y eso no es todo, algunas llevan poca ropa y parece no importarles tener la mirada de más de un hombre sobre ellas. Frunció el ceño al darse cuenta de que Freen se detuvo para mirar a una de esas doncellas, por un momento quiso decirle que siguiera caminando, pero no encontró su voz.

Freen la miró y sonrió.

Pensó que esa mirada era un tanto sospechosa.

—Tengo una idea.

—¿Debería asustarme?

—No.

Quería confiar en ella, pero la risa que salió de los labios de Freen la puso nerviosa. Comenzaron a caminar lento hasta que llegaron a una tienda que parecía un poco extraña, y más porque a dentro había un montón de doncellas con poca ropa.

«Creo saber por dónde va esto» pensó.

Freen se dirigió a las telas de color menta y Rebecca la siguió desde atrás, a pasos lentos ya que se concentró en todo lo que había en la tienda.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora