Capítulo 18

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Pueden saltarse esta parte si quieren, ya qué hay un momento hetero.

Dreikor rodó los ojos.

Hacer guardia por la noche es algo que le gusta, ya que puede tomarse el tiempo de leer unas cuantas páginas de los libros que siempre lleva a sus viajes, o también beber un poco de licor antes de irse a la cama. Hacer guardia es lo que más le gusta hacer, aunque no puede aplicarse ahora mismo.

Le ordenaron que estuviese parado afuera de la habitación de la princesa Clauus ya que sus guardianes personales se habían ido a descansar. ¿Qué culpa tiene él? ¿Por qué debería montar guardia afuera de la puerta de una princesa que no le agrada del todo?

No está de suerte, eso es seguro.

Escuchó que Clauus ordenó que la cama de su habitación tuviese una colchoneta cómoda, de lo contrario no iba a poder dormir. Incluso sus guardianes son iguale a ella, especiales. Sabe a la perfección que las cosas son diferentes en cada reino, pero en verdad qué Ruabeth parece que viven en oro.

«No me sorprendería que lloviese oro en ese reino»

Dreikor tiene una buena vida, la paga que recibe un general de alto rango es buena. Podría ir al mercado más cercano y comprarse todas las joyas que le gusten ya que puede pagarlas, pero a decir verdad, no le gusta estar rodeado de joyas o de riquezas. Es por esa razón qué hay veces en las que suele dar la mitad de su salario a aquellas personas que lo necesitan.

Una doncella apareció por el pasillo, es una trabajadora de la posada. Tiene una bandeja de madera sobre sus manos que tiene una jarra de licor y dos vasos para el líquido. Se le hizo un poco extraño que hubiese dos vasos, teniendo en cuenta de que Clauus se encontraba sola en la habitación que le dieron.

Dreikor se alarmó un poco.

—Detente —ordenó, en voz baja para tratar de no despertar a nadie de las habitaciones continuas—. ¿Quién te pidió que trajeras el licor?

La doncella bajó su mirada, avergonzada. Sus mejillas tomaron un tono rosado en cuestión de segundos, por un momento pensó que podría entrar fácilmente a la habitación de la princesa Clauus, ya que escuchó como ella le había dicho a sus guardianes que descansaran ya que habían trabajado duro en el día.

El general Dreikor, cansado de la situación se acercó a la doncella y la acorraló en la pared. Trató de no ser muy brusco con ella, ya que sabe que si ella llega a romper los vasos de vino la podían despedir.

—Habla.

—Su-Su Alteza me pidió un vino especial cuando llegaron, le dije que sería difícil lograr encontrarlo en la bóveda ya que nadie toma este vino por lo caro que es. Apenas... logré encontrarlo. No creí que ella ya estaría dormida.

Dreikor miró a la doncella, es hermosa. Su cabello castaño y largo está muy bien peinado en dos moños que la hacen ver tierna, y de algún modo le gustó al general. Miró sus labios y sintió que se le hacía agua la boca, redondos y pequeños, ¿hace cuánto estuvo así de cerca de una mujer? No tiene ni la menor idea.

Se permitió poner su rodilla en medio de las piernas de la doncella, quien hizo lo necesario como para reprimir un jadeo debido a la sorpresa del movimiento del guardia. Ella se sonrojó aún más, por lo que trató de ocultar su rostro sin éxito.

Se acercó hacia el cuello de la doncella, quien de inmediato hizo su rostro de lado para que el general Dreikor se deleitara con él. Así lo hizo, hundió su nariz en la piel de la doncella, quien abrió su boca y dejó salir un suave jadeo que le agradó al general.

Sí, siempre le han gustado los sonidos que salen de la boca de las mujeres cuando caen en la perdición.

Mordió un poco la piel de la doncella, al escuchar que ella había casi gritado no tuvo más remidió que cubrir su boca usando su mano. Ella pareció emocionarse por este hecho, por lo que trató de relajarse.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora