Capítulo 27

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—Ambas escogimos juntar nuestras vidas. Yo me entrego a ti sabiendo que la magia de nuestro amor es caminar juntas, en la prosperidad y la adversidad. Quiero ser tu cómplice y que tú seas la mía por el resto de la vida... —se miró al espejo con cierta mueca, siente que le hace falta algo más a las palabras que dirá enfrente de muchas personas. Está nerviosa y eso que aún no es el gran día.

Chasqueó su lengua y se dio la vuelta para tratar de recibir algunas palabras de afirmación, hubo cuatro pares de ojos que la miraron como si fuese lo más tierno del mundo.

—Muy simple —terminó por decir—, todos dirán que no se le pudo ocurrir nada mejor.

—No soy experta en votos matrimoniales, cuñada. Así que, no puedo opinar al respecto, pregúntale al idiota de Dreikor, dicen que se ha prometido con más de un hombre y mujer en santo matrimonio. Lo más seguro es que, esas personas le hayan gemido sus votos en la cama.

Dreikor terminó por arrojarle té verde en la cara, lo cual hizo que la princesa Clauus hiciera una gran mueca.

—¡Dreikor! —la capitana Engfa le dio una mirada llena de enojo.

—¡La princesa fue la que comenzó a decir idioteces! —se puso de pie y la señaló.

—¡No me apuntes con ese dedo de bajos recursos! —gritó, haciendo eco en los aposentos.

Luzi centró su atención en los mayores que se comenzaron a gritar hasta de lo que se iban a morir, le parecía divertido como Dreikor fruncía el ceño y hacía muecas a cada rato, tanto que soltó una severa risa. A decir verdad, le resultaba un poco extraño ver cómo ellos jamás se habían llevado bien, hubo una vez en la que le preguntó a Rebecca la razón por la que ese par jamás se han podido agradar, casi se pone a llorar cuando Rebecca le dijo que ella tampoco lo sabía.

Freen se quedó rígida, esperando a que terminasen de discutir para que le dijesen si sus votos estaban bien o simplemente debería agregar algo más. Al ver que ellos no parecían dejar de discutir por unos cuantos segundos más, tomó la decisión de sentarse a un lado de Engfa y tomar té.

Le dio una galleta a Luzi.

—Le encantarán a Rebecca —comentó la capitana tomando un trago de té—, los votos, le encantarán a Rebecca, estoy segura de ello.

—Es lo que espero —trató de sonreír, pero no lo logró—, el problema es si les gustarán a los presentes que estén ese día.

—A la mierda los invitados, amiga. Lo más importante es que a Rebecca le gusten, ¿qué más da si a esos invitados que nadie conoce les gustan? Vas a casarte con la princesa, no con ellos.

Le dio la razón a la capitana Engfa.

—Es gracioso.

—¿Qué cosa?

—Saber que Su Alteza Rebecca se casará en unos días —Engfa se sirvió un poco más de té y al ver que la pequeña Luzi ya se había terminado de comer su galleta y no alcanzaba a tomar una, le dio dos más para que se entretuviera—, a decir verdad, pensé que sería ese tipo de princesa que jamás se casaría, pero me equivoqué.

—Más bien, siento que será Su Alteza Charlotte quien jamás se case. Una vez me contó que gustaba de alguien, pero que esa persona jamás había notado sus sentimientos y no es como si ella se esforzara por demostrar su amor por esa persona.

«¿Le gusta alguien?» Engfa sintió un ardor en su pecho.

—No sabía tal cosa —trató de no sonar enojada.

Freen pensó que sería una buena idea decir un poco más, pero sin ser directa.

—Oh, creo recordar que, esa persona vive y trabaja aquí en el palacio —Engfa apretó los dientes y miró con el ceño fruncido a Freen—, quise tratar de saber quién podría ser esa persona, pero Su Alteza simplemente no me lo quiso decir.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora