Capítulo 05

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Freen no tuvo más remedio que arrojar a la princesa Rebecca al suelo, no importándole que pudiera rasparse con las ramas y los cadillos qué había sobre la tierra. Creyó escuchar un jadeo por parte de la princesa, pero no le tomó tanta importancia.

Sacó su espada en un movimiento rápido, tuvo que sostenerla con ambas manos para que no se le cayera al suelo. Y, con todas sus fuerzas alzó la espada, enterrándola en el cuero de la criatura que se había abalanzado hacia ellas. Un tigre.

Su pelaje era blanco, aunque se veía sucio debido al lodo, y su sangre, la cual se había esparcido con rapidez. El animal murió de inmediato, aunque antes de dar su última suspiró de vida rasguñó a la guardiana en el pecho, haciendo que comenzara a sangrar.

Freen se dijo a sí misma que moriría del dolor.

Todos se quedaron quietos por un momento. La reina bajó de su caballo y corrió hacia su hija para asegurarse que estuviera bien. Su vestido se ensució un poco, pero eso era lo de menos. El rey miró enseguida a la capitana Engfa con un semblante serio, era como si le estuviera diciendo "deberías ser tú quien la salvara". La capitana Engfa desvió su mirada, bajó de su caballo y se apresuró en ir hacia Freen.

Rebecca se asustó al ver que Freen no dejó de sangrar en ningún momento.

La capitana Engfa al llegar comenzó a presionar la herida de la guardiana, con la intención de que dejase de sangrar, pero eso no parecía funcionar. Freen dejó salir un par de jadeos y gemidos de dolor, al ver la sangre que salía de su pecho, terminó por asustarse y posteriormente, se desmayó.

Rebecca casi se ahoga.

—Tenemos que llevarla de vuelta al palacio —mencionó la princesa, mirando a su madre tratando de buscar consuelo en ella—. Tengo...

Su madre le colocó una mano en su mejilla, acariciándola suavemente.

—Regresa al palacio con ella —le sonrió, aunque más bien fue una mueca de preocupación—, me encargaré de lo demás.

—Sí... —murmuró.

—¡Preparen el carruaje! —ordenó la reina, poniéndose de pie y tomando una postura muy seria y digna de admirar. Mientras caminaba hacia arriba, le dio una mirada de reojo a su amado, quien se puso nervioso de inmediato. El rey notó que su reina se encontraba enojada en ese preciso momento, por qué razón?, no lo sabe—. La princesa Rebecca y su guardiana regresarán al palacio.

Al llegar arriba, estaba a punto de decir que ayudaran a cargar el cuerpo de Freen hacia el carruaje, pero al girar se dio cuenta de que Rebecca ya estaba con el cuerpo de su guardiana en brazos. Casi se atraganta. Siempre ha visto el cuerpo de su hija, sabe perfectamente que tiene un par de músculos de los cuales presumir, pero también tiene en cuenta de que suele ser un poco delicada. Verla cargar a una mujer realmente la sorprendió, y más si es alguien más alto y más musculoso que ella. Ya habrá tiempo para halagarlo por lo fuerte que era.

En el carruaje hay unas cuantas redes de caza, junto con suministros de agua, leche, arroz, sal y azúcar, cosas que se usan durante las cacerías, ya que suelen tomar más tiempo de que acordado. Todas estas cosas fueron sacadas del carruaje, ahora los guardianas que acompañan a los reyes tendrían que cargar con todo eso, mala suerte.

Rebecca acomodó a Freen con sumo cuidado, tratando de no hacer movimientos bruscos que pudieran hacer que sangrara de nuevo. Vio que su hanfu estaba lleno de sangre, pero esto no le importó del todo. Lo que más le importaba en este momento era la salud de su guardiana.

«No tenías que ponerte en peligro» Sintió sus ojos humedecerse. «Sé que eres mi guardiana, y tu deber es cuidar de mí, pero no hagas algo que pueda perjudicar tu salud»

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora