Capítulo 10

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Desde que nació ha estado rodeada de cosas limpias y bellas, pisos de mármol, por lo que tiene que caminar despacio para no caer. Ahora mismo se encuentra rodeada de plantas que a primera vista lucen hermosas, hay flores de todo tipo de colores que le resultan un poco bellas, se inclinó un poco —lo cual fue peligroso— para tomar una flor azul y colocarla sobre el cabello de la niña que va con ella.

Freen se encuentra enfrente, pues es quien la está guiando hacia su casa. Parece un poco nerviosa de volver luego de un tiempo, no ha dejado de mover sus manos de un lado hacia otro y de estirar su cuello, quizá esté cansada por el largo viaje que ha hecho.

Hay unas ligeras marcas rojas en sus muñecas, Rebecca se sintió culpable por esto.

Hubo un par de chicas que centraron su mirada en Freen, mientras que se murmuraban un par de cosas entre sí. Fue ahí cuando se dio cuenta de que la belleza de Freen es capaz de cautivar más de un corazón.

Llegaron a una casa que parecía ser un poco mejor al resto, es de madera vieja, por lo que logra verse un poco fea desde afuera. Incluso puede tomarse el atrevimiento de decir que luce un poco chueca..

Hay una especie de portón hecho con palos de madera y malla con picos, esto quizá es para que los pocos animales que tienen no se vayan de su hogar. A Rebecca le encantó ver un par de gallinas de un lado hacia otro, siempre quiso tener animales en el palacio, pero jamás pudo cumplir este deseo.

Freen la ayudó a bajar del caballo con suma delicadeza, después cargó a la niña mientras que amarró los caballos con la otra mano. Rebecca centró su mirada en los brazos de su guardiana, es maravillosa la forma en la que puede hacer muchas cosas teniendo una mano ocupada.

—Le agradará a mis padres —mencionó antes de comenzar a caminar hacia la puerta.

Rebecca se sintió nerviosa.

Sus prendas se mancharon de lodo debido a que todo el terreno es de tierra, esto no le molestó.

Freen tocó la puerta un par de veces.

«Puede simplemente abrir la puerta porque es su casa, ¿cuál es la necesidad de tocar?»

La puerta fue abierta minutos después, una hermosa cabellera negra y ondulada se asomó por la puerta. Ella sonrió.

—¿Están mis padres? —preguntó.

—¡Sí! —sonrió.

—Diles que he venido a verlos.

La joven no cerró la puerta, más bien se giró para comenzar a gritar;

—¡Mamá! ¡Papá! ¡Saro ha vuelto, y trae a una chica bonita con ella! ¡Creo que es su pareja! —su hermana menor soltó una risa. La joven miró a su hermana y luego a Rebecca—. Ahí vienen.

La joven desapareció por la puerta luego de eso.

Rebecca se giró para ver a Freen.

—¿Saro? —preguntó, en un tono divertido.

—Mi hermana tiene esa extraña costumbre de llamar a las personas usando el diminutivo de su nombre. Hace años, le regalé un libro donde los protagonistas se decían te amo cada vez que se llamaban por su diminutivo. Así que, ella comenzó a llamarme así.

Saro.

El corazón de Freen comenzó a latir con fuerza.

Apretó sus labios para evitar decir algo.

—¿Freen? —se escuchó una voz femenina.

—Mamá —murmuró, luego de esto fue rodeada por un par de brazos fuertes.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora