Capítulo 15

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Al principio dejó sus labios quietos, pero en cuento sintió los labios de la princesa moverse un poco, no tuvo otra opción más que comenzar a seguirle el ritmo. Los labios de la princesa eran suaves, delgados y tienen un sabor exquisito de durazno, fue ahí cuando se preguntó si se había puesto algún bálsamo para cuidar sus labios del frío, lo más probable es que sí.

La tomó de la cadera, apretándola y uniéndola más a su cuerpo, sintió calor enseguida, pero esto no la detuvo. Rebecca llevó sus manos hacia el cuello de su guardiana, tomó una gran cantidad de su cabello y lo jaloneó un poco hacia atrás, se aseguró de hacerlo sin nada de fuerza.

Obligó a Rebecca a dar un par de pasos hacia atrás para tratar de acorralarla contra los barrotes del quiosco, aplicó un poco de fuerza al momento de estampar a la princesa, ya que la menor soltó un jadeo muy notorio, después le pediría perdón por eso. Colocó una de sus manos contra el barrote y dejó la otra en la cintura de la princesa, quien se acercó más a ella como si tuviese miedo de caer.

Las piernas de Rebecca comenzaron a temblar.

Freen colocó su rodilla en medio de las piernas de Rebecca para tratar de hacer que dejasen de temblar, esto solo funcionó un poco. Se separó de los labios de la princesa para tomar una gran bocanada de aire fresco, ya que comenzaba a hacerle falta.

Miró los ojos miel de Rebecca, pequeños, hermosos y muy brillantes. Cualquier persona pensaría que los ojos de la princesa heredera parecen en verdad dos piedras ámbar que fueron talladas con las manos de los Dioses Antiguos.

Rebecca la tomó de sus mejillas y dejó unas cuantas caricias en ellas, lo hizo despacio, como si tuviese miedo de herir a su guardiana con sus toques delicados y suaves. Bajó sus manos hasta que tocó sus labios con las puntas de sus dedos, aunque no había mucha iluminación en el quiosco, más que la de las estrellas, la luna y unas cuantas luciérnagas que se encontraban ahí fue capaz de ver los labios rojos de Freen.

Se alzó para dejar un suave beso sobre los labios de su guardiana, se retiró el instante. Miró los ojos negros de Freen, estos parecen estar brillando de emoción, y la sonrisa que se le ha dibujado hizo que el corazón de Rebecca se acelerara.

No tenía suficiente.

No podía tener suficiente de aquellos labios.

Una vez más, pero esta vez con más seguridad, se alzó para besar a Freen con furia y pasión, cómo si su vida dependiera de besar los labios de su guardiana... próximamente esposa.

Hizo su mayor esfuerzo por no soltar un jadeo al sentir la mano de Freen moverse hacia su trasero y sentir su fuerte agarre, por un vago momento creyó que ella le daría un fuerte golpe en uno de sus glúteos, y al darse cuenta de que esto no fue así, no supo si debería sentirse feliz o decepcionada. Dejando de lado eso, tomó la decisión de centrarse en los dulces labios de su guardiana, ya que parecen ser lo mejor que ha probado en su vida.

Comenzó a sentir una fuerte ola de calor en la parte baja de su cuerpo y solo había sido un par de besos que se ha dado con Freen. Sintió que se volvería loca.

Freen se alejó de ella una vez más, y sin aviso comenzó a besar el cuello de Rebecca como si fuese lo mejor del mundo.

Hundió su nariz detrás de su oreja solo para darse cuenta de qué hay un gran aroma emanando de ese lugar, sonrió un poco ya que el olor le gustó. No pudo evitar morder la oreja de la princesa con un poco de fuerza, sonrió de lado al escuchar un fuerte jadeo salir de la boca de Rebecca.

Todo lo que salía de la boca de Rebecca era como música para sus oídos.

Quiere escuchar más de ella, y no precisamente palabras de una conversación fluida.

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora