Capítulo 22

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Volver a casa fue extraño.

En cuanto tocó la puerta y dijo que había vuelto a casa después de unos meses, su madre la recibió con los brazos abiertos, su hermana gritó de emoción y le preguntó si no había nadie que lo acompañase, dijo que no. Su padre solo la miró desde la puerta mientras negaba lentamente.

Probar la comida casera de su madre fue su mejor deleite, por lo que estuvo a punto de derramar unas cuantas lágrimas de felicidad.

Había extrañado a su familia.

Y, aunque ahora está con ellos no puede evitar sentir un gran hueco en su pecho, como si le hiciese falta algo. No, le hace falta alguien.

Su madre le sirvió más comida sobre su plato, lo que hizo que saliese de sus pensamientos en cuestión de segundos.

—Te veo más delgada —le murmuró con una sonrisa—, la comida de ese gran palacio no es tan buena como la de tu madre, ¿no es así?

Asintió, bajando su mirada para ver su plato.

Arroz con papas, una maravilla para ellos, una gran desgracia para los demás.

En el palacio comió de la mejor comida, una comida que, si se lo preguntan se podría considerar muy variada. Un día comían carne cocinada de todas las formas que pudiesen existir, otro día comían pollo en sopa, hubo una vez en la que comieron una especie de pasta la cual le gustó, por lo que le pidió a las doncellas un poco de esa pasta seguido de la receta, le envío todo esto a su madre junto con una gran suma de dinero para que pudiese comprar los ingredientes.

Mientras estuvo en el palacio, no hubo un día en el que no pensara en su familia.

Se preguntó si Rebecca está pensando en ella ahora mismo.

¿Qué habrá hecho después de que se fue? Lo más probable es que haya seguido con su vida como si nada hubiese sucedido entre ellas dos.

Ni siquiera pudieron romper con algo, ya que desde un principio jamás se dijeron que estarían en una relación o que serían los típicos quedantes que después se volverían amantes. Desde un principio hicieron todo mal, y eso no fue lo peor, lo peor es que ninguna detuvo a la otra desde un inicio.

—Padre arregló mi techo con el dinero que mandaste desde el palacio —comenzó Azul, con una voz muy chillona y mimada, no hay duda de que está emocionada por tener a su hermana de vuelta—, ahora ya no hay goteras que me despierten a mitad de la noche, ¿puedes creerlo?

Al tener a su hermana a su lado fue fácil para ella acariciarle el cabello como siempre lo ha hecho, le sonrió un poco y le pellizcó la mejilla con un poco de fuerza. Ver a su hermana feliz la hizo sentirse aliviada.

—¿Te divertiste en el palacio? ¿Qué fue lo mejor que sucedió ahí? Oye, ¿y La princesa? Por un momento pensé que estaría detrás de ti cuando te vi parada en la puerta —su padre la miró con el ceño fruncido enseguida, pero no se atrevió a pedirle que guardase silencio—, la última vez que vino a la casa se quedó a dormir aquí, ¡les conté esto a mis amigas para presumirles y solo se rieron! ¡Ellas ni siquiera me creyeron! Si supieran que la princesa mayor, Clauus, me dio una rosa seguramente se habrían desmayado de la envidia. ¡Haaa!, como quiero volver a ver a esa princesa bonita que siempre lleva un abanico en su mano, es muy linda, casi parece ser una Diosa de esos en los que ellos creen.

«Me había olvido de lo habladora que es, se parece a...»

—Por cierto, ¿por qué nosotros no creemos en un Dios? ¿Es por qué ellos no nos han bendecido cómo al resto de las personas que viven en este pueblo? —casi se trababa al hablar—. Hay tantos Dioses para elegir, con bendiciones diferentes y rezos que dan miedo, alegría y te dejan con una duda que no sabes a quién preguntarle para que te saque de dudas. Esto me hace recordar a esa Diosa, su clan fue bendecido por unas de las Antiguas Estrellas, pero ella consideró esa bendición como una maldición ya que todos la querían asesinar por sus hermosos ojos violeta... fue nombrada La Diosa de la Venganza, pero todos la conocían como La Asesina de Amantes, ya que ella asesinó al hombre que amaba. Dicen que si crees en ella te dará todo lo bueno del mundo, ya que ella también hizo cosas buenas. Según dicen, ella no debió haber sido nombrada como la Diosa de la Venganza, ya que ella no buscaba eso en primer lugar, y lo mejor es que ella ¡construyó el continente de Corazón! Ese que está del otro lado del mar, ¡hay que ir ahí!

La guardiana de la princesa「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora