maldita lluvia

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Me gustas. Y mucho.

Las palabras hacian eco en la mente de camila, que se había quedado tiesa y sentía que su corazón estaba al borde de abandonar su pecho, el aire de sus pulmones se había evaporado y su mente también se había paralizado, incapaz de seguir funcionando. Todo en ella era un caos en ese momento. Su mano tembló y el yogurt casi estalló contra el suelo.

-¿Te vas a quedar ahí o qué?

- ¿Ah...?

Gian se la quedó mirando y arrebató el yogurt de sus manos, bebiéndoselo de un trago y pasando luego la lengua entre sus labios. Como notó que su criada aún seguía en un "estúpido shock" que él no comprendía, lo jaló violentamente del brazo y lo metió de un golpazo al enorme local, lanzando la botella de yogurt en una cesta vacía.

Después de dos minutos, ambos salían por donde habían ingresado. Camila llevaba dos enormes bolsas pesadas sobre sus delgados brazos y gian tecleaba en su celular.

- Mierda, creo que va a llover.

- Pero si hace mucho sol... -musitó la menor, aún sin atreverse a mirarlo a los ojos.

- Acá dice que lloverá.

El atractivo muchacho le plantó la pantalla de su celular sobre su enrojecido rostro y la menor solo sonrió un tanto, mientras asentía con la cabeza y desviaba la mirada. Las bolsas estaban a punto de caerse de sus brazos al ser tan pesadas, pero aun así, continuó caminando.

- Pediré el celular por internet, estas tiendas de mierda no saben ni vender.

- Sí, es mejor eso... así ya no pierdes el tiempo viniendo acá como hoy.

- Con vos nunca se pierde el tiempo, bonita, eres tan divertida.

Gian quiso soltar una carcajada, pero la boca se le secó al ver dos imágenes familiares caminando hacia su lado.

Oh, mierda.

Tomó a camila del brazo y la arrastró hacia el lado contrario con brusquedad y rapidez. La menor casi tropezó con todas las bolsas, aunque no logró caer, porque la mano de gian alrededor de su antebrazo ni siquiera le dio tiempo para eso.

- ¿Qué paso?

- Vámonos por otro camino - gian miró hacia ambos lados y luego hacia ella.

- ¿Por qué...?

- Porque se me antojó salir por el otro lado.

Cuando estuvieron en el estacionamiento, lo soltó y exhaló, pasándose una mano por su cabeza, mientras la miraba y elevaba una ceja. Habia estado cerca de que lo alcancen.

- Te vas a caer si sigues teniéndolo, dame eso.

Extendió un brazo hacia camila, quien miraba hacia las bolsas con una especie de "segundo shock" en su rostro. Sus gruesos labios en forma de corazón se habían abierto y formaban algo parecido a una avergonzada sonrisa. Gian le tocó la barbilla por un segundo.

- eu, ¿vas a dármelo? -la menor despertó de su ensueño y asintió rápidamente.

- Sí, gracias.

Gian llevó las pesadas bolsas sin ningún problema y se dirigió hacia su auto, abriendo la parte trasera y lanzándolas en su interior.

Sube, bonita -indicó, caminando para abrirle la puerta delantera.

Ella asintió con la misma sonrisa de antes y unas chispas en sus ojos, ¿Estaba enferma? Exhaló, metiéndose en el vehículo y poniéndolo a trabajar en un minuto. La lluvia empezó a caer después de diez malditos minutos.

Inocencia Pasional |giamila|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora