supermercado

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- ¿Y cómo harás para hacer eso que dijiste que harías ayer?

¿Hacer qué?

- estar con martina

El rostro de Lourdes se oscureció enseguida. Tosió un par de veces, volviendo su rostro hacia la ventana lateral del vehículo, irguiéndose sobre el asiento. Gian elevó ambas cejas, chasqueando los dedos sobre su rostro, apresurando la respuesta.

- Pienso fingir que la quiero y que quiero algo serio con ella.

¿Querer? ¡Eso era lo más estúpido que había escuchado! Contuvo una carcajada, mientras se mordía el labio con fuerza y presionaba el acelerador. Querer era una palabra solo incluida en el diccionario de los imbéciles. Era tan ridículo que podría echarse a reír una semana y media y seguir riendo después de que la vuelva a escuchar.

- ¿Ah, en serio? ¿Cómo harás eso?

- ¿A qué viene esa pregunta ahora, gian?

- Solo decimelo.

Odoguardi observó cómo su antigua compañera de "caza" se removía sobre su asiento y se encogía de hombros, lanzándole una mirada incómoda.

- Pienso conquistarla, ¿qué otra cosa puedo hacer?

-¿Cómo vas a hacer eso?

- Yo... no sé, la verdad... -dijo, frunciendo el ceño de forma extraña - En serio, gian, ja qué mierda vienen estas preguntas?

- Curiosidad, simple curiosidad.

Acelero incluso más la velocidad del maldito deportivo, manteniendo una sonrisa discreta en su rostro, mientras se llevaba una bebida energética a su boca. Se la terminó de un solo trago y miró directamente a Lourdes, que parecía estar más tieso que muerto en ataúd. ¿Por qué carajos estaba asi? ¿Tanto le enojaba hablar de su estúpido plan de cómo conquistar?

- Pienso ser amable con ella, decirle cosas cursis, regalarle chocolates, invitarla a cenar y todas eso y luego que logre lo que quiero, romperé con ella...

La maldita carcajada salió de sus labios, así que solo optó por dar una palmada sobre el hombro de Lourdes y girar el auto hacia la izquierda con brusquedad. Un puto camión se estaba interponiendo en su via cada diez segundos.

- Qué mierda, amiga -soltó con sinceridad, mientras intentaba no romper en risas.

La aludida le lanzó otra mirada incómoda, quizá, debido al sarcasmo de sus palabras y luego extendió la mano, apuntando la otra calle con su dedo indice.

- gian, bajo acá, en la esquina. Te veo luego, no te pierdas mucho y si haces reuniones, me avisas.

El morocho detuvo el auto frente a la vereda de la nueva calle, notando cómo la otra salía de volada y cerraba la puerta de un puertazo. Aceleró nuevamente, soltando todas las risas que había contenido y se perdió entre la ciudad, moviendo el auto de derecha a izquierda, incapaz de detenerlo en algún lado. En realidad, la idea de Lourdes sonaba como mierda para él. ¿Cómo diablos podia alguien hacer todas las estupideces que había mencionado?

En lugar de "ser amable con ella", debería tratarla como la zorrita que es.

En lugar de "regalarle chocolates". deberia lanzarle lencería escotada.

En lugar de "decirle cosas cursis". sería mejor que la insultase. Algunas les pone eso

En lugar de "invitarla a cenar", solo debe darle su número de departamento.

Bueno, al menos, eso sería lo que él haría, Soltó otra risotada y guiñó el ojo a un grupo de mujeres mayores que caminaban, sonriéndole a cada momento.

Inocencia Pasional |giamila|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora