Camila elevó los ojos, colocándose la camisa al instante y sonriendo con alivio al notar quién había entrado al dormitorio.
- ¡Gian...me asustaste mucho -dijo, desviando la mirada.
- ¿Por qué?
- Porque abriste la puerta de la nada.
Gian se acercó lentamente y se asomó hacia las ventanas. Ahora que se encontraba con la ridícula de camila, la furia que sentía por no haber encontrado tragos estaba desapareciendo. La observó colocarse las medias de espaldas y en un mínimo movimiento, la tomó de la cintura y la atrajo posesivamente hacia sí. La menor se sobresaltó y suspiró un poco.
- ¿Ah, sí? ¿Debería tocar antes?
- No, no te preocupes, yo debí asegurarme de que la puerta estuviese cerrada.
Inhaló toda la aroma de su cabello, mientras cerraba sus brazos con fuerza sobre su cintura. Olía a frutas como la primera vez.
Olía tan bien.
- ¿Y qué ibas a hacer, eh?
Hundió su nariz en su cabello y la fue descendiendo hasta el inicio de su cuello. Su piel también estaba empapada de ese mismo aroma.
- Iba a bañar -mencionó la chica rápidamente y descendió un poco su cabeza - ¿Por qué viniste tan rápido?
- Porque no había lo que quería, pero ahora hay otra cosa que se me ha antojado.
- ¿Qué?
Sus labios se movieron hacia el lado lateral de su cuello y cerró sus brazos con más fuerza sobre su delgada cintura, empezando a depositar lentos besos sobre su piel para finalmente cerrar sus dientes sobre ella de un solo golpe. Sentía que la respiración se le aceleraba hasta doler.
- gianni... - Camila retembló y ladeó la cabeza, intentando alejarse un poco, mientras se volvía hacia él con el rostro enrojecido y la misma ingenua sonrisa de siempre - ¿Qué... qué pasó?
Gian enarcó una ceja y tiró hábilmente de su mano hasta tener su cuerpo entre sus brazos de nuevo.
- ¿Cómo me llamaste? -le preguntó con sus labios adheridos a su oído.
Camila descendió la cabeza con una sonrisa y estuvo al borde de decir algo, pero el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose lo paralizó.
- ¿Cami, estás acá?
Gian abrió los ojos antes de exhalar y tomar a la menor del brazo y casi arrastrarlo afuera de la habitación. Camila caminó algunos pasos hasta la sala de estar, encontrándose con la alegre presencia de manuel, que traía algunas bolsas en sus manos y le sonrió cuando la vio.
- Hola -saludó, sacudiendo su mano con una suave sonrisa.
- Qué bueno que estás acá... Traje comida.
- Bueno, solo son biscochos. Y te he traído esto. Vi que lo estaban vendiendo, así que compré muchos para mis hermanas y también pensé que te gustaría tener uno.
Sonrió también y se ruborizó, tomando lo que manuel le estaba extendiendo.
Muchas gracias, manu -Sus ojos se dilataron en cuanto la vio. Era una pulsera de cristales celestes con agua en su interior - Está muy bonita, me gusta mucho.
Se la colocó en su brazo lo más rápido que pudo y cuando elevó la mirada, notó la presencia de Gian, que los estaba mirando con la mano apoyada sobre el respaldar del sofá.
- Gian, ¿ya estabas acá? -manuel dejó las bolsas sobre la mesa - ¿Quieres sentarte con nosotros?
Camila sonrió y abrió los labios.
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Inocencia Pasional |giamila|
RomansaHay cinco cosas que vuelven loco a gian. 1: La forma en la que el rostro inocente de camila se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2: Cómo camila desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3: Como camila se resiste cua...