carreras (1/2)

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Gian se metió rápidamente por el pasillo, casi ahogándose con su propia respiración y empujó la puerta con todas las fuerzas que le restaban, dándole una patada a la maleta con el montón de botellas vacías y lanzándose al suelo con el cuerpo temblándole de impotencia. Escuchó cómo la puerta se abría de nuevo y su madre entraba a pasos rápidos, chocando la punta de sus tacones contra el suelo, quedándose inmóvil frente a él.

- Por el amor de Dios, Gian-su voz se quebró, en la medida que sus ojos avanzaban por el suelo y regresaban hacia él - ¿¡Qué es lo que te sucede!? Solo mírate cómo estás...

Su delgada figura se movió hacia adelante y su cuerpo perdió toda la fuerza cuando se encontró con la cantidad de botellas dispersadas por la habitación y todo el olor profundo de estas caló de golpe en sus fosas nasales. Gian abrió la boca y la Ilama de sus ojos aumentó su intensidad.

- ¿Qué es lo que me sucede? ¿Qué es lo que me sucede? ¿Todavía te preguntas qué mierda es lo que me sucede?

- Yo no entiendo nada de esto, así que tienes que explicarme lo que te sucede -Su madre se acercó un poco más y su voz se tambaleó al igual que su cuerpo - Has estado encerrándote en esta habitación todo este tiempo y no has querido ni comer ni salir, ¿qué es lo que te sucede? Tienes que explicármelo, porque me es imposible seguir viéndote de esta manera. Me duele mucho y me duele más cuando no te puedo entender...

Sus músculos se entiesaban más y más con cada segundo transcurrido. Apretó los dientes y el aire luchó por llegar hasta sus pulmones, mientras sus oscuros ojos la miraban, intentando contener la calma.

- No quiero esto. Tú bien sabes que no quiero esto.

- ¿Qué es lo que no quieres? ¿No quieres el matrimonio? Gian, tú sabes perfectamente que es un acuerdo de tu padre y todo está ya más que establecido. No podemos romperlo así como así... es lo que él piensa que es lo mejor para ti y no puedo contradecirlo en eso, aunque no esté de acuerdo. La furia le golpeó en cada una de sus cavidades y no atinó a hacer más que tensar los dedos de sus manos en puños, sintiendo cada uno de los agujeros que el dolor trazaba en su pecho.

- ¿Por qué? ¿Porque tú no eres el que está jodido? ¿Tú no eres el que has tenido que vivir porquería y justo cuando encuentras la felicidad, tu vida se te hace un lío de nuevo? ¿Porque tú no eres el que has intentado tantas veces ser feliz y nunca lo has conseguido, a pesar de tenerlo todo, eh? -la voz se le entrecortó y se echó hacia atrás, apretando un puño contra el suelo - ¿Porque tú no eres el que está jodido y has tenido que hacerle cuadritos la vida a la persona que amas?

La mujer se encogió y palideció, intentando extender un brazo hacia él.

- Sé cómo te sientes y créeme que no estoy de acuerdo...

Gian soltó un grito con los ojos saliéndosele de las órbitas.

- ¡¿Sabes cómo estoy?! ¡¿Sabes lo que siento?!

Siento que quiero vomitar, que quiero desatorarme de toda esta mierda que llevo dentro, pero no puedo y no puedo porque esto es más grande y pesado que yo.

La rabia siguió reventando contra su rostro y sus dientes crujieron, mientras las lágrimas empezaban a quemarle cada parte sensible que le quedaba en el cuerpo hasta llegar a sus ojos.

- Cielo, me duele mucho verte así...

- No me digas, ¿en serio, te conmuevo? -su corazón se detuvo por un momento y volvió a apretársele - Si tan solo hubieses visto sus lágrimas, entonces conocieras qué es conmover realmente.

- ¿De qué estás hablando?

Estrelló su brazo izquierdo sobre su boca con violencia y su cuerpo siguió temblándole.

Inocencia Pasional |giamila|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora