- gianni, ¿qué es esto?
Gian dejó caer su mochila sobre una mesa y enseguida, se lanzó sobre la hierba del enorme patio de su casa, extendiendo un brazo para atraer a Camila consigo, quien cayó a su lado, sin dejar de mirar atentamente lo que tenía entre manos ni un solo segundo.
- Fotos, ¿no dijiste que querías fotos mías? Las estuve revisando en toda la clase y esas son las menos ridículas.
Camila abrió el sobre de papel con cuidado y se giró hacia él con los ojos llenos de una combinación entre ilusión y emoción que le sentaban a la perfección y una enorme sonrisa que le adornaba todo el rostro y le hacía destellar rayos hacia todas las direcciones posibles.
- ¿Me las estás regalando?
- Si las queres... en realidad, pensaba romperlas, pero luego las dejé en una caja y se me olvidó. Son estupideces y algunas tienen más de diez años.
- De verdad son todas mías?
- Si las queres.
La menor se pegó el sobre al corazón y soltó un grito de emoción.
- ¡Gracias, te amo! -rio, prendiéndose de su brazo con todas sus fuerzas.
Sacó todas las fotografías que estaban dentro y se puso a ver una por una con una enternecida sonrisa en los labios, mientras Gian hundía los dedos en su cintura, pegándola más a él, sin penderse ninguna de sus expresiones. Porque por más que no quisiera, no podía evitar que sus ojos se prendiesen de hasta el mínimo gesto que hacía y que algo en su pecho se moviera de arriba para abajo y chocara entre todas las paredes de su cuerpo cuando lo hacía. Y aunque le resultara incómodo sentir eso, no podía dejar de hacerlo.
- Esta es mi favorita, te ves muy tierno.
- ¿Tierno? -En la fotografía aparecía cuando tenía cinco años y provocaba de todo menos ternura - Parezco un demonio.
- No, pareces un ángel, un cachorrito ángel.
¿Qué mierda?
Escuchó sus risas musicales y solo atinó a fruncir el ceño y arquear una ceja, sin poder contener una carcajada también.
- ¿Para cuándo fue esta? - camila tomó una y se la mostró, más entusiasmada.
- Fue para el aniversario de mi escuela, toqué con un grupo y lo hice genial.
- Seguro que fue más que genial. Te ves muy bien con la guitarra y el micrófono.
Se quedó callado y cuando el viento del atardecer le golpeó todo el rostro, tampoco dijo nada y siguió observando la forma en que camila dedicaba largos vistazos a cada una de las fotografías, como si estuviera analizando algo muy importante.
- Me gustan todas, me gustan mucho, las conservaré y las tendré siempre conmigo -mencionó al fin, envolviéndolas con rapidez y recostándose en su hombro - Muchas gracias por dármelas.
Sintió el olor de su fragancia invadir todo el ambiente y cuando regresó su mirada a ella, lo encontró con su sonrisa pegada a su brazo. ¿De verdad le ponían así simples pelotudeces como esas?, ¿le emocionaban tanto esas cinco fotografías viejas y empolvadas?
- Siéntete libre de enviarme tú también las que quieras -susurró con tono divertido contra su oído, mientras la otra se reía ante el cosquilleo producido - No, no te sientas libre, siéntete obligada a enviarme las tuyas también.
- Bien, mandaré a pedir a mi casa las que tengo cuando era chiquita y te las daré todas.
- Me suena justo - Se separó, levantándose enseguida - Iré por unas cervezas, espérame.
ESTÁS LEYENDO
Inocencia Pasional |giamila|
RomanceHay cinco cosas que vuelven loco a gian. 1: La forma en la que el rostro inocente de camila se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2: Cómo camila desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3: Como camila se resiste cua...