verdad

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- Esto es el colmo, ¿de verdad tenían que seguirme hasta acá?

Abrió la puerta de su dormitorio de un puñetazo y se volteó a mirarlos a la defensiva. Los tres habían estado formando una columna y ahora se alineaban en una fila, mostrando diversas reacciones. Nicolás estaba jaloneando a Ramiro y Lourdes sacudía la cabeza; su rostro cargado de un aspecto sorprendida y una sonrisa delineando las esquinas de su boca, que se abrían al fin para hablar.

- No puedo creerlo, Gian. No puedo creer que no me lo hayas contado, ¿cuánto tiempo van juntos?

Dejó que el aire se escapase de su boca lo más lento posible y apretó las mandíbulas.

- ¿Qué es eso que vimos, eh? - nico salió un poco de la borrosa nube en la que se encontraba y su rostro se volvió más asustadizo que antes - ¿Qué significa eso que vimos afuera del cine?

Gian apretó más la boca, pero siguió sin decir nada. Sabía que algo así sucedería tarde o temprano y aunque no le importaba soltarlo todo, no estaba con ganas de soportarlos, enfrentarlos ni responder a todas sus estúpidas preguntas.

- ¿Qué te pasa, Gian? ¿Qué fue eso allá en el cine? - continuó Nicolás con la incredulidad y preocupación bombeándole la sangre - No me digas que...

- ¡Es lo que han visto, joder, es lo que han visto! Ya me escucharon, ahora vayan largándose que no quiero hablar del tema.

- ¿Es lo que hemos visto?

- Eso mismo, es lo que han visto.

- a vos no te gustaban las empleadas, amigo.

Se mordió la lengua y se pasó la mano por la cabeza. La situación estaba empezando a cansarlo.

- A mí me es simpática la chica y creo que hacen una buena pareja, pero igual debiste habérmelo dicho antes. Pudimos haber hecho citas dobles y conversado mucho sobre eso...-  Lourdes se encogió de hombros y adoptó una expresión más entusiasmada - Sabía que tarde o temprano, te enamorarías, ¿recién están saliendo?, ¿dónde la conociste?, ¿cómo se llama?

Nicolás tosió, casi ahogándose ante lo que había escuchado.

- Estás pasando por un mal momento, eso es todo. Sé que la chica se ve muy bien y todo eso, pero... Es una empleada, Gian! ¿Cómo vas a estar con una empleada? Vos mismo lo dijiste

- Cierra la boca, Nicolás, se ven genial juntos.

- ¿Genial juntos?

- Lárguense -su voz resonó en la habitación, seca y cortante.

- Ah, ya sé cómo fue el asunto. He escuchado cómo son, una vez que te ponen el ojo, te acosan y no se detienen hasta atraparte. Seguro que se te mandó encima y que hizo de todo para metérsete por los ojos...Con razón, esa vez en el centro comercial estaba todo pegada a tu hombro... Fui un imbécil al no darme cuenta y tú que me dijiste que no pasaba nada.

Nicolás siguió con la sonrisa de antes, ignorando todo lo que escuchaba y moviendo su mirada a través de todos los dedos de Gian, más interesado que nunca.

- No le hagas caso y suelta el rollo. Deben estar mucho tiempo juntos por los anillos de pareja que tienen, ¿van uno o dos meses?

- ¿Anillos de pareja? - nico pareció ver al mismo demonio cuando sus ojos se fijaron en el anillo extravagante que tenía en el dedo índice - Mierda, ¿qué está mal contigo, Gian?, ¿esto es una broma?

- Solo lárguense.

- Escucha, entiendo que estés estresado y que creas que te sientes atraído por ella, ya que has estado encerrado acá y la veías todos los días, pero tampoco hasta tal límite como para que tengas una relación con ella.

Inocencia Pasional |giamila|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora