— Disculpa, pedi con leche de soja. —se quejó un cliente.— Lo siento, de verdad. —tartamudee con una expresión de disculpa en el rostro.
— ¡Sofia! ¿Por que no te das eso 15 minutos de descanso?— interrumpió una compañera, mirándome con preocupación.— A ver si así te despiertas un poco.
— Sí, perdón, lo siento mucho.— respondí, sintiendo que mi mente divagaba, atrapada en recuerdos.
— No te rayes por eso, Sofía.— me acarició el hombro Lucia.— Los hombres son unos idiotas, y más los argentinos.
No podía sacarme a Ivan de la cabeza. Habían pasado dos semanas desde que volví del viaje, y aún no podía asimilar que mañana dormiría en mi casa. Y además tampoco lo que me confesó Carrera sobre el.
Salí de la habitación con las maletas listas, finalmente decidida a irme, pero Ivan no estaba en la puerta. Esperé un rato en el salón, cruzando los brazos y sintiendo una mezcla de ansiedad y tristeza. Decidí entrar a su habitación para ver qué estaba pasando.
Justo cuando iba a abrir la puerta, él apareció, dejándome cara a cara con él. Desvié la mirada rápidamente, intentando no mostrar lo nerviosa que estaba.
— El Uber te está esperando abajo. —dijo con tono neutral, pero noté una tensión en su voz.
— Pensé que me llevarías tú.— me atreví a decir, aunque sabía que podía estar pidiendo demasiado.
— No creo que pueda, lo siento.—respondió, apartando la mirada y dejando entrever que algo le preocupaba.
Oh. Esa respuesta me golpeó más de lo que esperaba.
— Sí, claro.—hubo un silencio incómodo entre nosotros.— Gracias por dejarme dormir en tu casa toda la semana. Me alegra habernos vuelto a encontrar.
— Sí.—dijo, pero su tono sonaba distante.
Él comenzó a irse otra vez a su habitación, dejándome sola en el salón con la maleta a mi costado. Quería llorar, pero no quería humillarme más. Así que me soné la nariz y me sequé las lágrimas, respirando hondo.
— ¿En serio vas a ignorarme?— pregunté en un murmullo, sintiendo que el nudo en mi garganta se hacía más fuerte.
Ivan giró al verme, y su expresión seria cambió a preocupación.
— Sé que no beso bien. Lo siento, es mi segundo beso, ¡y no entiendo por qué sigo soltando este dato! —me tapé la cara con el brazo, sintiendo que la vergüenza me invadía.— Perdóname.
Empecé a escuchar risas y, al apartar el brazo, vi que sí, se estaba riendo de mí. Eso me dolió más de lo que esperaba. Había confesado algo tan embarazoso como cuando me pasó con Carrera.
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TU FAN || SPREEN
FanfictionSOFIA DÍAZ, una amante del cine, es contratada para documentar "La velada del año III". En este evento es donde conoce a IVAN, el cuál es un streamer muy conocido argentino, pero eso ella no lo sabe. Iván se embarca en una búsqueda para encontrarla...