Capítulo 29:
Ethan:
¿Qué como es verla?
Joder, una puta utopía.
Es el jodido cielo. Incluso me atrevería a decir que mucho mejor. Y eso solo hace que a mi cabeza venga otra pregunta: ¿cómo será sentirla? Rozar sus pezones con mi lengua, atraparlos entre mis dientes. ¡Mierda! ¡Joder! Va a acabar conmigo, lo sé. Ya lo ha hecho.
Desde que esas palabras salieron de su boca, desde que decidió alejarse de mi, desde que salió corriendo de mi habitación. Desde entonces, acabó por completo con lo poco que quedaba de mi desastre personal. Ese que había intentado contener durante todos estos años sin verla. Ese que tuve que haber contenido antes de contratarla.
Supe desde el primer instante en que vi escrito su nombre completo en aquel contrato, así como desde que su olor llegó a mis fosas nasales cuando la tuve delante de mi en aquella primera entrevista; que las cosas no iban a terminar bien. No pensé que fueran a complicarse tanto. Para entonces solo anhelaba tenerla cerca, aunque fuese merodeando por los pasillos de mi jodida empresa. Pero desde el instante en que mis manos la tocaron, no me pude controlar. Y de alguna forma sabía que eso iba a pasar. Lo que no sabía es que fuese a ser tan pronto. Aquel primer día, en el pasillo, cuando nuestro cuerpos chocaron, cuando ya sabía a ciencia cierta que se trataba de ella, algo se activó dentro de mi. Y fue una alarma que no he podido volver a apagar.
Si tan solo no hubiese probado sus labios. Si tan solo no hubiese tocado todas y cada una de sus curvas. Si no la hubiese tenido encima, o debajo. Da igual. Si tan solo no la hubiese visto anoche, tan vulnerable, sin camisa, intentando desabrochar su sujetador. Esa piel aterciopelada, a la que me costó un mundo no echarle mano, porque al fin y al cabo estaba borracha y no podía sobrepasarme con ella. Si tan solo me hubiese dejado probarla esta mañana.
Esta mañana... no sé qué he hecho mal. No sé que le ha pasado, porque de lo que sí que estoy seguro es de que tenía tantas ganas como yo de estar debajo de mi. Y no es que sea un jodido arrogante, que también, simplemente fue la humedad de sus braguitas quien me lo confirmó. O su piel erizada cuando la tumbé sobre la cama. Algo ha tenido que pasarle, joder. Y la necesidad por querer resolver todo lo que está mal en ella no para de asfixiarme. Más aún cuando vuelvo a revivir el momento en que se apartó de mi cuerpo y salió huyendo.
No puedo aguantar ni un solo segundo más aquí dentro.
Hago lo que mejor se me da cuando me pasa esto. Cuando no puedo sacarla de mi cabeza por más que me lo proponga. Me dirijo al pub del hotel, donde sé que encontraré mi próximo objetivo: a la tía más buena que encuentre allí abajo.
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ÚNICAMENTE TÚ.
RomantizmEthan y Casie se conocen desde hace años, aunque todavía no sean conscientes de ello. Tras la entrada de esta en la gran multinacional del joven empresario, Ethan Selly, sus vidas experimentan un cambio de ciento ochenta grados. La impulsiva, tempe...