La piscina

119 11 0
                                    

Querido diario:
13 de octubre 2015
Estaba en la habitación tirada en la cama hasta que Santi apareció y me incorporé de golpe.

-Hola Santi- dije con un hilillo de voz.
-¿Te gusta mi chalet?-
-¿Estas de coña? Es una pasada, esta muy bien-
-Me alegro que te guste porque te vas a quedar aquí tres o cuatro noches-
-¡¿Que?!- Eso era nuevo, yo sabia que me iba a quedar una pero ¡¿CUATRO?!
-¿No se lo dijiste a tu madre?-
-Si, pero le dije una, pensaba que mañana ya estaría de vuelta-
-¿Nos hemos hecho un viaje larguillo solo para una noche?- dijo entre risas.
-No, no. Tu te tienes que quedar, además mi padre no estará por la labor de llevarte mañana y después volver-
-Uf... Creo que me he metido en un pequeño lio-
-Tranquila, le digo a mi padre que se haga pasar por la madre de alguna de tus amigas y ya-
-¿De verdad? ¿No se enfadará?-
-Se enfadaría mas si te tuvieras que ir con lo bien que le has caido- dijo con una sonrisa.
Lo abracé con mis brazos detrás de su nuca y el me cogió de la cintura, me separe un poco y pude ver aquellos ojos cafés que se iban acercando hasta que sus labios impactaron con los mios en un dulce beso. El me apretaba mas hacia el para estar lo mas juntos posibles y yo me agarraba lo mas fuerte que podía, hasta que vinieron su hermana y hermano.
Su hermana traía una pistola de agua, no me fiaba nada de ella con ese arma en las manos.
-¡Enfriaros un poco!- gritaron el hermano y la hermana a la vez y justo Santi dejo de besarme para volverse y nos mojaron enteros.
Santi se puso rojo, apretó los puños y fue tras Manuel, este al verle salió corriendo.
Yo me reí bastante la verdad, al ver aquella escena tan...familiar.
-Carolina, mi papá me ha dicho que te puedes poner el bañador que vamos a ir a la piscina- y me dio un beso en la mejilla.
-Dile que ahora voypreciosa-y le revolvi el pelo.
Y se fue corriendo con la pistolita en las manos, no me fiaba ni un pelo.
Me había traído un bikini azul clarito con motas blancas. Era muy bonito y me sentaba bastante bien. Cogí la toalla y me puse las chanclas y bajé.
Pero oí como la ventana, o mejor dicho, balcón porque eso era gigante, abrí y salí a asomarme.
Y vi aquella escena, momo y su hermana mojando a Santi y este corriendo. Se quito la camiseta y... Un momento, ¡Estaba bueno! Pero el antes no tenia tableta...¿Habra ido al gimnasio? Era lo mas seguro, las tabletas no salen así como así.
El me vio me saludo y sus hermanos se tiraron encima de el.
Vaya familia. Me reí y me metí para salir con ellos.
Encima del bikini me puse un vestido de verano y baje por las escaleras.
Al salir al patio, que hacia bastante frío, aunque fuésemos a la piscina, seguíamos en octubre.
Por detrás noté un chorro de agua helada y no pude evitar gritar.
Al girarme mire a Santi y le dedique una sonrisa maligna.
Le quite el arma a Manuel y fui tras el dejando la toalla en el suelo.
El se tropezó y fui a ver si estaba bien y cuando me descuido me rocía la cara de agua friisima.

-Nunca te fíes de mi en cuestión de disparos y estas cosas nena- me enseño su sonrisa que tanto me encantaba y plantó un beso y se levantó.
Después me di cuenta que el padre de Santi apareció por detrás y no pude evitar sonrojarme y morirme de vergüenza.
Todos los de mi alrededor se rieron.

-Carolina, no te sonrojes por eso, mi padre es muy abierto por estas cosas, le da igual si eres mi amiga, mi compañera...mi novia- eso ultimo lo dijo con sus mejillas un pocon rojas.

-Preferentemente me gustaría mas que fueses su novia porque besar a una amiga esta un poco mal visto- todos nos reimos, pero yo seguía sonrojada.
Me sentía muy a gusto en esa familia.

-Carolina, Santi me ha dicho que le has dicho a tu madre que solo te quedabas una noche-
-Si, es que pensaba eso-
-Dejame tu móvil, voy a llamar a tu madre-
-¿Que? ¿Esta seguro?-
-Claro, ¿de que padre me tengo que hacer pasar?- dijo con una sonrisa.
-De Elena-
-Perfecto-dijo el con una sonrisa. ¿Porque cojones tienen todos la misma sonrisa tan tan tan...preciosa y perfecta?
Se nota que han heredado la sonrisa de su padre

-Problema solucionado, te quedas tres noches-
-¿¡Si!? Muchas gracias, de verdad, señor Garcia. Espero no molestar-
-De nada pero tu no vas a molestar eres muy buena.¡Ah! Y me puedes llamar Jonh-
-De acuerdo y gracias Jonh-

Jonh abrió la puerta de la piscina y entramos. Me sentía un poco rara al ser la única chica, bueno mas que chica, mujer.
Mientras me quitaba el vestido de espaldas a ellos notaba como 4 ojos observándome y acto seguido escuché dos collejas y dos quejas una de Santi y la otra de momo, ahora entenderás lo de que me sentía rara en un lugar con solo hombres.

-¿Quien se baña?- dije sonriente.
Clara, la hermana, se metió en la piscina conmigo. El agua estaba buenisima, no estaba fría pero tampoco caliente.
Me lancé de cabeza al agua y después se metió Clara. Iba con los manguitos y empezó a intentar nadar. La cogí de los costados, puse horizontalmente y le dije que moviese piernas y brazos a la vez. Estaba flotando, obvio que iba a flotar porque tenía manguitos pero ahora ya se podía desplazar aunque la pequeña creo que prefería estar agarrada a mi.
Después se metieron los dos hermanos y el padre haciendo bomba.

-Que tontos son los chicos a que si- me dijo la hermanita.
-Tienes toda la razón Clarita-
Después decidimos hacer peleas en los hombros del otro, el padre me cogió a mi para que me pusiera en sus hombros, acepté aunque hubiera preferido estar en los de Santi.
Yo me subí a Jonh y Santi a Manuel.
Intentábamos tirarnos, la hermanita me animaba a mi.
De repente Santi se cayó hacia a mi y nos caímos los 4, lo encontraba un poco raro que me haya tirado así Santi.
Despues lo entendí todo y al saberlo me reí mucho.

-¡Eh tu!- señalo momo a su padre.
-Me has pegado un rodillazo en los cojones- dijo casi gritando.
Santi, el padre y yo nos partíamos de risa y momo se encogía de dolor.

-¡Momo eso no se dice!- dijo Clara.
-Di que si clara- dijo Jonh.
La había sacado de la piscina por si alguno nos cáiamos encima de ella y la hacíamos daño.
Volvimos a jugar solo que esta vez me subí a los hombros de, exacto momo... ¡¿Porque no me puedo subir de una vez con los de Santi?!

-Te vas a cagar- le dijo momo a su padre.
-¿A si? Eso habrá que verlo-
Empezamos a combatir Santi y yo, Jonh le volvió a pegar en sus partes a Manuel, pero este lo esquivo haciendo que perdiéramos el equilibrio y cayesemos pero yo me agarre a Santi y los tiramos a ellos también.

-¿Entonces esto es una victoria para mi?- dije ilusionada.
-Para nosotros Carolina- dijo momo y me agarro del hombro estrujandome contra el y el riedose.
Cabe decir que ese chico tenia unos 20 o 19 años, estaba fuerte.

Después de unas risas, mi novio suelta.
-¿No tenéis nada que hacer? Seguro que la cena- lanza una indirecta, yo no puedo evitar sonreír.
-No, que yo sepa no- dice el padre apoyando los brazos en el bordillo de la piscina.
-A mi tampoco se me ocurre nada- dice jugando Manuel con su hermana.

Santi bufa estresado, pasándose una mano por la cara. Yo no puedo parar de sonreír, estoy un poco incómoda ahora mismo, si no me controlo a lo mejor me río y creo que no debería en estos momentos.

-En esta vida siempre hay algo que hacer, y si no lo sabéis, id a buscarlo- dice mi novio nadando hasta ellos y echandolos de la piscina.
-Eh, eh, un respeto a tu padre- dice éste saliendo de la piscina por las escaleras. Momo ya está de pie con su hermana en el suelo, porque han salido por el bordillo.
-Como es posible que tu propio hijo no eche así de nuestra propiedad- se queja Momo en plan broma.
-Ya no impones, papá, así te ha salido el hijo- yo no puedo evitar dejar escapar una carcajada.
-Oye y tu también, no os metais con vuestro padre- dice Jonh cuando ya esta fuera del agua.

Santi los acompaña hasta la puerta y se la abre, ellos salen y mi novio la cierra en sus espaldas.

Y saber que ha echado a su familia por mi, me sabe mal, pero ha sido un momento bastante cómico, Santi echándoles, ellos quejándose... Ais, la familia.

El se tira de cabeza al agua, yo me sumerjo y buceo hacia él, nos encontramos bajo el agua y me junto con el hasta que consigo rozar sus labios.

El me agarra por la cintura y yo a su cuello, su lengua me pide acceso y yo se lo permito, yo paso mi mano por su hombro y le acaricio hasta el ombligo y noto como me estremece la piel cuando su tacto pasa por mi espalda.
El beso pasó de ser lento a mucho más rápido tan solo en segundos.
No se él, pero a mi me falta el aire, aunque no me quiero separar de él, pero arg, tengo que respirar.

Subo a la superficie seguida por él.
-Por fin...- susurra juntando nuestras frentes y yo le sonrío.

Diario de una preadolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora