Faltó poco...

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Querido diario:
26 de octubre de 2015.

Hoy me ha llamado a las 12:00 a.m. Manuel, si, como lo lees diario, MANUEL. Me ha llamado para que vaya a su casa y le ayude a recuperar a su novia.

-¡Quieres venir ya joder Carolina!- me grita Momo por el teléfono.
-¡Me eztoy davando doz dientez!- escupí en el lavabo la pasta de dientes y me enjuagué la boca.
-Me da igual tus dientes, ven aquí ¡Ya!-
-Deja.Ya.De.GRITARME- dije ya histérica por el móvil y colgué.

Cogí las llaves y salí de casa en dirección a la de Santi.
Mirando el lado positivo... podría ver a Santi un rato.

Toqué al timbre y se escuchaban gritos dentro.

-Ya voy- oí decir a Jonh.
También escuchaba como alguien bajaba las escaleras corriendo.
-No,no,no,no voy YO- abrió un enfadado e histérico momo.
-¡Ya estoy aquí!¿Contento?- le grité en la cara.
-¡No! Has llegado tarde- dijo cruzándose de brazos.
-He venido lo mas rápido que he podido ¿vale?- digo casi gritando.
-Vamonos- dijo cerrando la puerta al salir.
-¡Ey! Quería de paso ver a MI NOVIO- dije indignada.
-El puede esperar- dijo agarrandome de la muñeca y tirando de mi.

-Alto ahí, no me muevo de aquí sin verle- dije zafandome de su agarre.
-Uf... ¿Solo quieres verle?-yo asentí decidida.

Entonces se fue a la parte del jardín delantero que tenia piedrecitas y las lanzó hacia una ventana con cortinas negras.

-¿¡Que haces!?- grité acercándome a el.
-Llamando a mi hermano- dijo obvio mientras el seguía lanzando piedrecitas.

De repente las cortinas se movieron y dejaron ver una persona.

-¡Que quieres Momo!- grita Santi asomándose por la ventana.
-¡Que tu chica quería verte, y ya te a visto!- grita Manuel mirándome.

-¡Hola Santi!- gritó roja de vergüenza.
-¡Nena! ¿Porque no has pasado?- me sonrojé aun mas.
-Por este estupido, que se hace llamar tu hermano-
-Adiós gilipollas- le grita Manuel a Santi.
-Adiós imbécil, adiós nena- dijo guiñándome el ojo.

-S.O.S- hice muecas con la boca hacia Santi para que Manuel no me entendiese.

Santi se encogió de hombros, me pronunció te quiero y se metió de nuevo a su habitación.

Vaya novio que no me salva de su propio hermano.

-Manuel, eres mayorcito. Resuelve tus problemas tu solito.- dije con una sonrisa inocente.
-Pero te necesito para entender la mentalidad de una mujer-
-Porque me voy dentro de poco, que sino, te dejo aquí plantado- me deshice de su agarre.

Llegamos a la casa de su novia, rectifico, su ex-novia.

-Lo que vamos ha hacer es una cosa... Tu te quedas aquí y mediante este aparatito- señaló un pinganillo que tenia en su oreja.
-Tu me llamas y digo todo lo que tu me digas ¿entendido?-
-¿Que? N...- no me dejó acabar.
-¡Gracias!- dijo y me besó la mejilla y se largó.

Como lo lees, Manuel me besó la mejilla. Al parecer si tiene sentimientos y los transmite.

-Anda, llama al timbre tortolito- dije yo escondiéndome entre los arbustos del jardín delantero.

Ding, dong.

Escuché el timbre y al segundo a una mujer hablando.

-¿Que haces aquí?- dice como... Indignada.
-Necesito hablar contigo- dice Manuel.
-Pues yo no necesito hablar contigo- escucho la puerta que se va cerrando.

Diario de una preadolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora