Esta vez no estoy solo, imbécil

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Querido diario:
14 de diciembre de 2015

¿Porque fui tan estúpida de ir a su casa? Debería habérmelo esperado.
Que hijo de puta. Me echó la culpa a mi CUANDO ROMPIO EL.

Y encima me compara con Támara y Samanta, esas si que son zorras...

Elena me ha dicho de quedar para olvidarnos de chicos. Simpemete una tarde de chicas.

-Carolina, hoy te vas a venir conmigo a comer- me dijo cuando descolgué el teléfono.
-Hola a ti también. Lo siento Elena pero no estoy de humor para salir-
-Me da igual, tu vienes y si hace falta voy a tu casa-
-No Elena, no quiero. Dejame-
-Estamos casi en navidad y tienes ese humor de perros-
-Ya pero...-
-Nada de peros, voy a tu casa ahora mismo- y cuando dijo eso colgó.

Me fui a mi habitación, cerré la puerta y me tire en la cama.

De de repente oigo el timbre y a mi madre abrir.

Mierda, ya ha llegado y no me he vestido.

Fui rápida al armario y me puse unos legins granates una camisa blanca por dentro de los pantalones, una cazadora azul marina y unas vans azules marinas.
Me hice una coleta alta y bajé.

-¡Adiós mama! Volveré esta tarde- grite y me fui con Elena.

-¡Ten cuidado!- me grito mi madre.

-Elena, has sido demasiado rapida- me quejé saliendo de casa.
-Exacto, no como otras- me pegó un codazo.
-Callate- rodé los ojos.

Fuimos de compras y nos comparamos algunas cosas y después nos fuimos a los 100 montaditos.

-¿Quieres hablar?- me dijo Elena mientras se metia el bocadillo en la boca.

-No, tranquila- dije mirando mi bebida y jugando con la pajita.
-¿De verdad? Podemos ponerlo verde si quieres- sonreí. Eso era lo único que quería hacer.

-Es un cabronazo- dije pegandole un mordisco a mi bocata.
-Es un gordo tacaño- me reí atragantándome con la comida.
-¿¡Carolina, estas bien!?- dijo Elena levantándose de la silla.
-Si... Estoy bien... Solo necesito beber...- hablaba entre cortada por la risa y el atragantamiento.

Bebí y se me pasó.

-Joder que susto me has pegado Carolina- dijo volviéndose a sentar.
-Perdon perdón. Pero no me hagas reír mientras como- dije aun riendome.
-Al menos te he sacado una sonrisa- dijo orgullosa.

Entonces vi de lejos a... Fran.

Mierda.

-Elena vamonos- le rogué.
-¿Tan rápido?-
-Esta Fran-
-Hijo de... Pago y nos vamos ¿vale?- me dijo Elena entrando al bar para pagar.

-Hombre, Carolina cuanto tiempo ehh-
-Hola Fran- dije con una falsa sonrisa.
-Esta noche hay una fiesta y me gustaría que fueras conmigo-
-Ni borracha- dije apartándole la mirada para buscar a Elena.
-No me digas que sigues enfadada por eso. Fue una chorradita de novios- dijo acercándose de mas de lo que debía.
-Pues si. Porque te dije mas de una vez que no lo hicieras y después me forzaste- dije arrastrando la silla para alejarme un poco mas de el.
-Pero porque eso hacen los novios- dijo obvio.
-¿Pero con 15 años también?- dije ironica.
-Con 15, se bebe, se fuma, se droga se va de fiesta...-
-Callate- dije cruzandome de brazos.
-Te veo en la fiesta- y cuando dijo eso me besó.

ME BE-SÓ.
Buah que ganas de cruzarle la cara pero el era mas fuerte que yo y no me la podía jugar.

Joder Elena, ¿Donde estas?- pensé.

Diario de una preadolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora