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No estaba seguro de cuándo se había quedado dormido, pero cuando Kinich se despertó, te vio descansando plácidamente sobre su pecho, durmiendo la siesta con tanta comodidad.
Cuidadosamente, apartó el pelo de tu rostro, lo que le permitió ver con más claridad tu belleza. Honestamente, estuvo tentado de besarte en ese mismo momento. Eso fue hasta que tus ojos se abrieron lentamente...
"¿Hm? Oh, estás despierto... buenos días...", le sonreíste somnolienta.
'Lindo...'
"Técnicamente es de noche..."
—Buenas noches entonces, sabelotodo... —respondiste bromeando, frotando tu cara contra su pecho, como si intentaras sentirte cómoda sobre él una vez más.
"Lo siento, te desperté..."
-Para nada...ahora que estás despierto, puedo preguntarte qué estabas soñando.
"¿Sueño?", preguntó con curiosidad.
¿De repente te convertiste en una lectora de mentes? ¿Cómo supiste exactamente que él soñaba contigo?
"Mhm...estabas gritando mi nombre..."
Eso hizo que le ardieran las orejas con facilidad... Parece que se había delatado a sí mismo. Inconscientemente.
"Oh..."
Sintiendo su vergüenza, te acercaste aún más, acariciando su cuello caliente antes de darle un beso suave.
"Entonces soñaré contigo esta noche. Así que ven a visitarme para que puedas mostrármelo..."
"... ¿Puedo mostrártelo en la realidad también? Haré que ese sueño se haga realidad para los dos"
"Me encantaría que..."
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