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La lámpara del salón de baile brilla casi cegadoramente en lo alto mientras observas al resto de la fiesta. Hombres y mujeres ríen y bailan, vestidos con sedas costosas y joyas que pesan mucho en sus muñecas y cuellos.
Si fueras un niño que vivía con un fondo fiduciario y no tenía nada mejor que hacer con su dinero, todo este evento podría haber sido realmente agradable.
Te encuentras con la mirada de Kinich al otro lado de la habitación. Él levanta una ceja por encima del borde de su vaso.
¿qué es?
Haces un gesto hacia la mesa de bebidas. Hay una variedad de bebidas de diferentes colores, muchas de ellas alcohólicas. Si fueras un poco más valiente, beberías un poco solo para que la noche pase más rápido, pero decides no hacerlo; después de tu última borrachera, crees que es mejor no avergonzarte frente a todos. Aún así, haces un gesto de beber, sonriendo.
¿Vamos a emborracharnos?
Pone los ojos en blanco y luego hace girar un dedo junto a su oreja.
Estás loca.
Él actúa molesto, pero probablemente sea lo más interesante que le haya pasado en las últimas horas. Habías recibido información de que el objetivo debía asistir a esta fiesta, pero el hombre en persona aún no ha aparecido. Por ahora, todo lo que puedes hacer es mezclarte y bailar, fingiendo que te importa una mierda de lo que sea que sea esta celebración.
Caminando de un lado a otro por el borde de la habitación, te encuentras con Kinich en el medio. No parece fuera de lugar con su cabello peinado y su traje negro, pero el aburrimiento escrito en su rostro sobresale más que cualquier otra cosa.
Frunces el ceño y tiras de su cuello. "Tu corbata está torcida".
Él suspira. "Odio estas cosas".
Si fuera por él, ya sabes que Kinich preferiría estar en el tejado de un edificio a cierta distancia, con un ojo puesto en la fiesta a través de una mira; disparar desde lejos es mucho más preferible para él y requiere mucha menos interacción social.
Pero Mavuika había decidido que un método más tranquilo sería más aceptable en un lugar tan poblado como este, para disgusto de Kinich.
—No sé, me lo estoy pasando bien —bromeas con ligereza, quitándole una pelusa del hombro. Él te mira con una sonrisa cariñosa—. ¿Has probado ese steak tartar? Es para morirse ...
De repente, Kinich te toma por la cintura y te arrastra hacia la pista de baile. Su agarre es fuerte, una advertencia.
El objetivo está aquí.
"Espera un momento", murmura, sus labios casi rozando tu frente. "Alguien interesante acaba de entrar".
Él se involucra en un vals fácil contigo, con la mirada fija en algún lugar por encima de tu hombro. No te atreves a mirar hacia atrás, tratando de mantener una presencia moderada. Él aprieta tu cadera dos veces.
casi es la hora
Finges una risa coqueta, tus dedos rozan su cinturón y sacan sutilmente la daga escondida allí para deslizarla debajo de tu vestido. En caso de que haya problemas, tendrás que defenderte. El frasco de veneno se encuentra en el bolsillo de Kinich, listo para ser deslizado en la bebida del objetivo.
Kinich coloca un mechón de cabello detrás de tu oreja, inclinándose aún más cerca. Una sonrisa burlona se dibuja en sus labios, como si estuviera susurrando algo escandaloso.
"Vámonos en un minuto. Quédate cerca de mí, ¿de acuerdo?"
Incluso para alguien tan inexpresivo, sus palabras están cargadas de preocupación; siempre está preocupado cuando se trata de ti, a pesar de que ambos han estado haciendo esto durante años. Simplemente asientes, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora.
"Sí, sí, seré muy bueno", dices, batiendo tus pestañas. Kinich pone los ojos en blanco, pero no puede evitar la sonrisa que aparece en su rostro.
"Esa es mi chica. Moviéndonos."
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