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"Sería una lástima si perdiera a mi falso novio en alguna ruina".
Cuando Kinich escucha esta frase, la siente, una cosita fría trepando por su pecho. Duda, su corazón golpea contra su pecho arrítmicamente, pero solo un poquito. Este momento de vacilación se siente como una eternidad para él. Todo a su alrededor está en cámara lenta. Se pregunta si debería presionar un beso en tus manos, o en tu frente, o en tus labios. ¿Qué tan aceptable sería todo esto para ti, considerando que el arreglo era el de una relación falsa después de todo?
Él decide simplemente decir adiós con la mano. "Estabas enfermo de todos modos, y él no podía correr el riesgo de enfermarse durante su comisión. Es solo algo que se dice a sí mismo para evitar pensar demasiado en lo que podría haber sido".
"¡Qué pasada!"
Se da la vuelta al oír su nombre y reconoce al dueño de la voz antes incluso de mirarlo. Mualani le estaba haciendo señas con la mano y empieza a caminar hacia él, con Xilonen siguiéndola de cerca. "Ooh, ¿tienes una comisión? ¡Entonces será mejor que nos vayamos!"
"Una cosa, en realidad. Creo que deberías ir a ver a _____. La vi esta mañana antes de irme, parecía bastante enferma", dice Kinich con palabras escuetas. Mualani le agradece por avisarles y observa cómo las dos figuras se pierden en la distancia. Suspira y continúa caminando hacia su destino, dejando que su mente divague por el camino.
"Veamos." Da unos golpecitos en su reloj y abre un mapa digital. El holograma aparece, casi en su cara, pero no le molesta. Kinich sigue caminando, con la mochila apoyada sobre los hombros y balanceándose ligeramente a cada paso.
Iba a ser una comisión difícil. Los recuerdos de su reunión con el equipo que lo encargó se reproducen en su mente, y, aun para el reputado cazador de saurios que es, no puede evitar sentir un poco de ansiedad cuando recuerda los informes de las muertes en esta ruina en particular. La mayoría de los otros equipos que estaban interesados, en este punto, habían sido aniquilados o se habían retirado de la exploración por completo.
Debate si abandonar la comisión. ¿Realmente valió la pena? ¿Mayor riesgo, mayor recompensa o lo que sea, pero a costa de su propia vida? Después de pensarlo mucho, se arma de valor y continúa caminando hacia su destino.
quinientos metros.
cuatrocientos metros.
...
Cien metros.
Las puertas de piedra del dominio se alzan orgullosas con sus intrincados grabados, y Kinich ve a su equipo haciendo una pequeña fogata justo en la entrada.
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