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No sabe qué lo desencadenó, pero mierda, se sintió incluso más cachondo que antes.
tus mejillas se enrojecieron, tiñéndote de un bonito carmesí mientras sostenías una mano sobre tu boca para guardar silencio. Sin embargo, la mano de tu amante, Kinich, casi la ahuyentaba.
" Déjame escucharte t-tú hhnngh- " susurró desesperadamente, el hambre y la lista continuaban en su voz. Estaba claro que se volvió mucho más... necesitado que antes.
Sus apresuradas embestidas en tu dulce coño lo habían dejado casi enamorado, esperando tu clímax.
Emocionado, una plétora de emociones se le subieron lentamente a la cabeza, predominando el placer y la escucha.
Se sintió casi abrumado y vulnerable... no debería sentirse tan bien, mierda, él sabe que han estado juntos por mucho tiempo... pero la vergüenza era algo que no quería sentir frente a ti.
tan avergonzado de ver tu cuerpo, y sentir su polla moverse por sí sola, en los suaves pliegues de tu entrada.
" Ahhn ... haah... está bien, mmmfffuckkk ..." tartamudeando y gimiendo pequeñas disculpas como si fuera su culpa. Sus caderas se movieron a un ritmo inestable como si la memoria muscular entrara en acción.
" mmf- ¿puedo correrme dentro de ti? fffuck , p- por favor?" sus gemidos te hablaban por sí solos: Dios, te necesitaba como un cachorrito en celo. Un estilo de pensamiento tan diferente y mucho más salvaje que no podía pensar en nada más cuando se trataba de ti.
pero incluso el nudo en tu estómago se hizo más fuerte. Maldita sea, eras un espectáculo, si tan solo Kinich pudiera hablar. El fuerte golpeteo que venía de su polla y hacia tu entrada se sentía como un sueño. Todas las otras veces que ambos hicieron el amor fueron más bien del lado vainilla, en todo caso.
Su espalda estaba sobre la tuya, observando cada una de tus expresiones en el espejo de enfrente mientras girabas los ojos hacia atrás, tu cabeza también se echaba hacia atrás, tus cejas se fruncían oh-tan-perfectamente, joder, él podría hacer esto para siempre.
Anhelabas ese tipo de kinich. Uno te ponía en tu lugar cuando quería, tomándote ahí mismo en cuanto ambos subían al auto. Pero también preferías al kinich que se preocupaba profundamente por ti, apartándote sillas en los restaurantes elegantes a los que ibas. (Cásate con un hombre que pueda hacer ambas cosas jajaja)
Gemidos y lamentos salen de tu boca; Kinich ni siquiera se había dado cuenta de que tenía una de sus manos alrededor de tu cintura como para mantenerse dentro de ti. Sin mencionar que ni siquiera había disminuido la velocidad.
" Ooh ", gruñó brevemente, sintió que algo tiraba de su eje, ralentizándolo efectivamente. "Mierda, ¿estás cerca , nena?" maldijo en voz baja mientras te daba la vuelta, tu espalda ya no estaba pegada a su pecho, sujetándote contra el espejo.
"h... haah ... s... sí, por favor no pares ..." logras gemir con todos los balbuceos incoherentes de antes. Sus orbes color ámbar esmeralda amaban observar la forma en que tu coño lo succionaba tan bien, o cómo tus caderas se sacudían, queriendo casi de inmediato tu orgasmo, y él no puede hacer nada más que ayudarte.
Colocándote en una posición similar a una prensa de apareamiento, él se inclina para darte un beso francés en los labios, gimiendo y gruñendo también.
Esta iba a ser una larga noche.
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