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Resumen: Las palabras del Todopoderoso Señor Dragón hicieron estallar a Kinich. En el momento de desesperación, Ajaw se escondió en un lugar donde no debía.
"¡Juro por Dios que si me ignoras, el todopoderoso señor dragón, lo haré una vez más!"
"Que molesto.."
"¡¿QUÉ?! ¡Está bien, le diré a T/n que te hiciste el enfermo intencionalmente para poder llamar su atención!"
"¿Cómo lo hiciste? ¡Espera! ¡Vuelve aquí, plaga!"
Ajaw estaba en una situación difícil, ya que Kinich lo estaba buscando. Le esperaba un sermón, pero ¿alguien podía culparlo? El pobre Señor Dragón solo quería un poco de atención.
Ajaw escuchó pasos que se acercaban hacia él. Entró volando por la puerta que estaba a su lado y se escondió debajo de unas prendas que estaban sobre la cama. Le resultó fácil esconderse porque estaba acostado.
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Saliste de la ducha, todavía con la toalla puesta. Fuiste hacia la ropa que habías dejado sobre la cama y comenzaste a vestirte.
El señor dragón salió de su ropa sobresaltado pensando que eras Kinich lo que te dejó un poco confundido.
Después de unos minutos, cuando terminaste de prepararte, Kinich entró y te preguntó si habías visto a Ajaw.
Cuando Ajaw vio que la puerta se abría, no pudo encontrar ningún escondite adecuado. De repente, voló dentro de tu ropa y dentro de tu sujetador después de decir "¡Ayúdame, T/n!".
"Ah, cariño, me preguntaba si por casualidad habías visto a Ajaw..."
"¡ekkkkk!" Sorprendido por lo que hizo Ajaw, lo sacaste de tu ropa y lo abofeteaste al otro lado de la habitación y hacia Kinich.
Los ojos de Kinich se abrieron por un segundo antes de comprender lo que pasó y viste una llama en sus ojos.
"¿Cómo te atreves a ponerte la ropa de mi amante?" Tragaste saliva cuando Kinich dijo eso. Giró la cabeza hacia Ajaw y le dirigió la mirada más aterradora que alguien haya visto jamás.
—Fue sólo un instinto para esconderme de ti, no fue intencional... —Ajaw intentó razonar, pero Kinich no lo permitió.
—¡Tú... serás la cena de esta noche! —Dicho esto, Kinich persiguió a Ajaw por toda la habitación.
—¡T/n! ¡Ayúdame! ¡El otro día estaba actuando como si estuviera enfermo! —dijo Ajaw, intentando desviar la atención hacia Kinich, pero eso solo avivó aún más su ira.
"Está bien....
¡Hoy eres carne muerta!
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