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Kinich es tan caballeroso codificado
Él está a tu lado en cada reunión, banquete, baile, lo que sea. Sus manos, callosas por blandir su espada en nombre de protegerte, atan tu corsé con facilidad, asegurándose de que no esté demasiado apretado. Sus ojos recorren tu espalda, masajeando tus hombros mientras te miras en el espejo, rezando para que te veas lo suficientemente majestuosa para los nobles que visitan el palacio esta noche.
(Él estará a tu lado, diciéndote constantemente lo perfecta que te ves).
En los grandes bailes, él estará detrás de ti como un perro guardián, dándole una mirada mortal a cualquier pretendiente potencial que se encuentre mirando tu pecho por mucho tiempo. Los hombres que se acercan a ti se van después de intercambiar unas pocas palabras, y no puedes evitar preguntarte por qué hasta que te das vuelta y ves a Kinich justo detrás de ti, tan melancólico como siempre.
Es una pena que no puedan estar juntos abiertamente. Es una fantasía que vive en tu mente, incluso si sabes que debes casarte con un príncipe que apenas conoces.
reunirse en secreto, robándole cualquier hora de la noche que puedas, es toda una experiencia. él te acompañará hasta tus aposentos, entrando a tu habitación con la excusa de "asegurarse de que la princesa descanse adecuadamente". sonríes ante sus palabras, besando su frente antes de darte la vuelta para que te ayude a quitarte el vestido de gala.
Ajaw, el sirviente "leal" de Kinich, amenazaba con alertar al rey de vuestra relación en cuestión de segundos. Pero él se compadecía de ti, viendo el anhelo en cada uno de tus ojos cada vez que tenías que encontrarte con algún príncipe.
Después de dichas reuniones, te sentarás en tu dormitorio con un camisón de seda, con la cabeza de Kinich en tu regazo mientras los dos chismorrean sobre dichos príncipes.
(ajaw ocasionalmente se une)
"No tenía personalidad y ni siquiera me sostuvo la puerta abierta cuando me estaba mostrando el palacio. ¡En serio! ¿Tiene modales ?", te burlas mientras juegas con el cabello de Kinich.
"Ninguna en absoluto, mi princesa", sonríe suavemente, dándote una fruta fresca del recipiente que está a su lado. Te inclinas y le dejas besos por todo el rostro.
Ajaw hace arcadas con disgusto y pone los ojos en blanco.
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