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Culiacán, Sin 📍Lunes, 9 de septiembre del 20245:38 pm

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Culiacán, Sin 📍
Lunes, 9 de septiembre del 2024
5:38 pm

El plan de Iván para reunirse con Kenia tuvo que cancelarse. La situación se había complicado mucho más de lo previsto, y en ese momento no era prudente que él saliera, ya que podía poner en riesgo su seguridad y la de su gente.

Así que iría a verla cuando se controlaran las cosas, su papá ya se había comunicado con el, y dijo que por nada se despegara de su puesto, que tenía que ser firme como él le había enseñado, y le sacó el tema de kenia, que deseaba conocerla

Eso lo atormentaba profundamente. El hecho de que su mundo, lleno de peligros y traiciones, ya comenzara a conocer a Kenia significaba que sus enemigos habían descubierto su talón de Aquiles. Por esa razón, había tomado la decisión de ponerla a salvo, lejos de cualquier amenaza. Sabía que si alguien quería herirlo, irían tras ella, y no podía permitirse ese riesgo.

Desde su casa de seguridad, Iván observaba el atardecer a través de una pequeña ventana. El cielo se teñía de tonos naranjas y rosados, mientras el silencio solo era interrumpido por los informes constantes en los radios. A pesar del caos exterior, él permanecía en sus pensamientos, calculando cada paso, pero inevitablemente su mente regresaba a Kenia.

Por otro lado, Kenia ya se encontraba despierta, inquieta por la falta de noticias. Había pasado el tiempo viendo televisión, disfrutando de la vista desde el balcón, e incluso terminó jugando juegos de mesa con uno de los escoltas. Para su sorpresa, ganó la partida y, entre risas y festejos, su pequeño triunfo trajo un momento de alivio en medio de tanta incertidumbre, lo que hizo que los demás también soltaran algunas carcajadas.

Pero pronto volvió al aburrimiento, y uno de los escoltas lo notó, así que informó la situación a Iván. Al escuchar esto, Iván dio la orden de que la sacaran a dar una vuelta por el pueblo para que pudiera conocer el lugar y distraerse un poco. Sin embargo, dejó claro que debían protegerla muy bien y asegurarse de que no corriera ningún peligro.

Al escuchar al escolta anunciar que saldrían, el rostro de Kenia se iluminó de inmediato, y con una sonrisa entusiasta aceptó la propuesta. Su emoción era tan contagiosa que incluso los escoltas comenzaron a mostrar más entusiasmo. Poco a poco, todos se estaban acostumbrando a la presencia de Kenia, quien, con su carisma, lograba crear un ambiente más relajado, a pesar de la tensión que los rodeaba.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ━ Ivan Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora