treinta y tres.

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Culiacán, Sinaloa 📍Febrero, 20255:36 pm

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Culiacán, Sinaloa 📍
Febrero, 2025
5:36 pm

El día tan esperado había llegado. El rancho estaba más vivo que nunca, lleno de familia, amigos cercanos, y una energía que vibraba de pura emoción. Todos sabían que hoy se revelaría el sexo del bebé de Kenia e Iván, y nadie podía ocultar la expectativa que había en el ambiente. Kenia, quien se veía hermosa en un vestido blanco largo, había organizado todo al detalle. Era una celebración importante, y quería que todo saliera perfecto. El rancho estaba decorado de manera impecable, con detalles en rosa y azul por todos lados.

La emoción por saber si sería un niño o una niña se respiraba en el aire. Kenia, aunque secretamente esperaba que fuera un niño, había decidido no revelar sus preferencias tan abiertamente. Iván, por su parte, le había contado varias veces que le encantaría tener una niña, pero Kenia sabía que fuera lo que fuera, lo único que importaba era que el bebé estuviera bien. Ella ya sentía que su vida era perfecta, pero este bebé venía a completar todo.

El código de vestimenta que había impuesto hacía que el jardín se viera vibrante de colores: los que creían que sería niño vestían de azul, mientras que los que apostaban por una niña llevaban rosa. Y aunque las apuestas estaban divididas, la emoción era la misma. El rancho estaba decorado con flores, globos y luces, y todo estaba preparado para el gran momento, pero la revelación no sería cualquier cosa. Kenia había planeado algo especial: una avioneta sobrevolaría el rancho y soltaría polvo de color para revelar el sexo del bebé.

Iván estaba más emocionado que nunca, aunque intentaba disimularlo. Caminaba de un lado a otro, saludando a todos, con una sonrisa que no podía ocultar. Aunque decía que quería una niña, Kenia sabía que, en el fondo, cualquier resultado lo haría el hombre más feliz del mundo.

—¿Lista, mami? —preguntó Iván, acercándose a Kenia y tomándola de la mano. Él vestía una camisa blanca, pero su sonrisa lo delataba. Estaba nervioso y emocionado al mismo tiempo.

—Más que lista, amor —respondió Kenia, con una sonrisa que reflejaba pura felicidad.

Los hermanos de Iván, Alfredo y Ovidio, estaban en la fiesta, ambos vestidos de azul, haciendo bromas sobre cómo Iván seguramente tendría un niño que sería una copia exacta de él.

—Te lo digo, Iván. Ese plebe va a ser igualito a ti. ¡Vas a tener que andarlo cuidando porque te va a meter en más problemas de los que imaginas! —bromeaba Alfredo, dándole una palmada en la espalda.

—Ojalá salga más calmado que nosotros, si no, Kenia no se la va a acabar —agregó Ovidio, con una sonrisa seria pero llena de cariño.

Kenia rió al escuchar las bromas, pero no podía evitar sentir un nudo en el estómago. El momento estaba cerca, y la avioneta ya se estaba preparando para el gran evento.

—¿Y si de verdad es niña? —dijo Kenia, mirando a Iván con una sonrisa nerviosa.

—Mira, mami, si es niña, va a ser nuestra princesa, y si es niño... ¡pues tendremos al próximo heredero de la familia! —respondió Iván, con un brillo en los ojos—. De cualquier forma, va a ser perfecto.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ━ Ivan Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora