treinta y uno.

855 81 3
                                    

Culiacán, Sinaloa 📍23 de noviembre, 202412:46 pmDe regreso en Sinaloa, Iván y Kenia aterrizaron en su avión privado, siendo recibidos por algunos de los hombres de confianza de Iván, que ya tenían todo listo para escoltarlos de vuelta al rancho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Culiacán, Sinaloa 📍
23 de noviembre, 2024
12:46 pm
De regreso en Sinaloa, Iván y Kenia aterrizaron en su avión privado, siendo recibidos por algunos de los hombres de confianza de Iván, que ya tenían todo listo para escoltarlos de vuelta al rancho. El ambiente en el aeropuerto privado estaba cargado de respeto y lealtad. El poder de Iván era palpable, y no hacía falta decir nada; su presencia lo comunicaba todo. Kenia, a su lado, irradiaba una calma y seguridad que la hacían sentir completamente en control. Aunque la luna de miel había sido un escape de la realidad, ambos sabían que el regreso a Sinaloa traería consigo la necesidad de volver a la acción, y estaban preparados.

Las camionetas blindadas los esperaban, y tras un breve intercambio con los hombres de Iván, ambos subieron a la principal, que los llevaría de regreso al rancho. Durante el trayecto, las montañas y paisajes sinaloenses les daban la bienvenida, recordándoles todo lo que habían construido y lo que aún les faltaba por hacer.

—Es bueno estar de vuelta —dijo Iván, rompiendo el silencio mientras miraba por la ventana, sus pensamientos claramente en todo lo que debía retomar.

—Sí, aunque te confieso que las Maldivas me hicieron pensar que podríamos vivir de vacaciones —respondió Kenia en tono de broma, aunque sabiendo que esa realidad estaba muy lejos de sus vidas.

Iván soltó una risa baja, volviendo su mirada hacia ella.

—Tal vez algún día, mami. Pero por ahora, hay cosas que asegurar, movimientos que hacer. Lo sabes.

Kenia asintió. Desde el primer momento en que había aceptado ser parte de la vida de Iván, sabía que el mundo que los rodeaba no permitía pausas prolongadas. Había territorios que proteger, alianzas que mantener, y un imperio que liderar. Y aunque muchas veces deseaba una vida más tranquila, sabía que esa no era su realidad. Había aceptado esa responsabilidad, y junto a Iván, estaba lista para lo que viniera.

Al llegar al rancho, fueron recibidos con la misma seguridad de siempre. Los hombres de Iván, fieles y atentos, custodiaban la propiedad como si de un fuerte se tratara. Kenia nunca había sentido temor en ese lugar; todo estaba bajo control, y la presencia de esos hombres solo le recordaba que estaba en el centro de un mundo lleno de poder y decisiones importantes.

Cuando entraron a la casa, fueron recibidos por Alfredo y Ovidio, quienes habían estado supervisando los negocios en la ausencia de Iván. La sonrisa de ambos al ver a su hermano y cuñada de vuelta lo decía todo: sabían que con Iván presente, las cosas volverían a moverse con mayor intensidad.

—Ya era hora, compa —dijo Alfredo, abrazando a Iván—. Ya extrañábamos verte por aquí.

—Sí, las Maldivas deben ser hermosas, pero hay mucho que hacer aquí, Iván —agregó Ovidio, aunque con una sonrisa relajada.

Iván asintió, su expresión se volvió seria mientras los tres caminaban hacia el despacho, un lugar donde las decisiones más importantes se tomaban. Kenia, por su parte, los observaba a la distancia, sabiendo que esos momentos eran cruciales para los movimientos que vendrían. Aunque era parte de ese mundo, también entendía que Iván necesitaba tener ese espacio con sus hermanos, donde discutían los planes y estrategias necesarias para mantener el control de su imperio.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ━ Ivan Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora