catorce.

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Durango, Durango 📍Viernes, 13 de septiembre del 20246:37 pm

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Durango, Durango 📍
Viernes, 13 de septiembre del 2024
6:37 pm

Cuando el cirujano llegó y examinó a Kenia, su rostro se tensó. Se volvió hacia Iván, con un tono serio:

—Aquí no podemos operarla, Señor. Hay riesgo de infección, y si eso sucede, será peor. Necesitamos un hospital, con equipo adecuado.

Iván sabía que Kenia no estaría de acuerdo. Conocía su desconfianza hacia los hospitales debido a los riesgos que implicaban su situación, pero no tenía opción. Tomó una decisión firme.

—No la llevaremos a Culiacán —respondió Iván, con una voz decidida. —Si la llevamos allí, es como entregarla a la muerte. Nos iremos a Durango, es nuestra mejor opción.

Sin perder tiempo, Iván comenzó a movilizar todo. Llamó a más de sus hombres, ordenando que prepararan el convoy con las camionetas y que trajeran más armamento. El camino a Durango no sería fácil, y sabía que debían estar listos para cualquier posible enfrentamiento. También aseguró una ambulancia, lo más equipada posible, para transportar a Kenia con todo el cuidado necesario.

Iván dio órdenes precisas a Piyi, su mano derecha, con la confianza de que ejecutaría el plan al pie de la letra:

—Piyi, escucha bien. Quiero que lideres el convoy. Nada puede salir mal. Habrá que moverse rápido, pero no podemos permitir ningún error. Doble seguridad en los puntos críticos, y si alguien se nos cruza, ya sabes lo que tienes que hacer.

Piyi asintió con determinación, sabiendo lo que estaba en juego. Mientras tanto, Iván volvió al lado de Kenia, quien seguía inconsciente, su rostro tranquilo a pesar de la gravedad de la situación. Se agachó a su lado, tomando su mano con una mezcla de miedo y esperanza.

—Vas a estar bien, mi amor. Te prometo que haré todo lo posible para que salgas de esta —murmuró, antes de besar su mano suavemente.

Piyi se acercó a Iván, con una mezcla de preocupación y profesionalismo en su rostro.

—Patrón, ¿va a venir con nosotros? —preguntó, sabiendo que la presencia de Iván siempre era un factor de seguridad para sus hombres, pero también una gran responsabilidad.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ━ Ivan Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora