dieciocho.

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Badiraguato 📍Domingo, 15 de septiembre del 20244:35 pm

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Badiraguato 📍
Domingo, 15 de septiembre del 2024
4:35 pm

Iván traía la loquera de hacer una fiesta para el 15 de septiembre, para dar el grito según ivan y Kenia nomás lo miraba con los ojos entrecerrados, pensando que estaba loco. ¿Una fiesta en plena guerra? A ella se le hacía la cosa más incongruente del mundo. Las calles de Culiacán estaban que ardían, apenas y se respiraba de tantos enfrentamientos. Pero también entendía que Iván necesitaba despejarse, y la neta, ella tampoco le caería mal un respiro.

—¿Cómo que una fiesta, Iván? ¿No ves como están las cosas allá afuera? Es una locura —le dijo Kenia, cruzando los brazos y clavándole la mirada.

Iván nomás le sonreía tranquilo, sin perder la calma.

—Por eso mismo, morra. A veces, cuando todo está pa'l carajo, es cuando más ocupamos aflojar el cuerpo un rato. No podemos estar con miedo siempre.

Kenia suspiró, entendía el rollo, pero igual le seguía pareciendo medio raro. ¿Fiesta? Ni cómo ayudar.

—Mira, va a ser algo leve, entre los compas. Nada de exageraciones —le explicó Iván, todavía con esa sonrisa que siempre la convencía de todo.

Kenia soltó un suspiro pesado y, al final, una sonrisita leve. Era surrealista todo aquello, pero si algo tenía claro, era que cuando Iván se le metía una idea en la cabeza, no había quién lo parara. Además, si lo pensaba bien, ella también extrañaba un poco eso de estar tranquila, aunque fuera en medio de tanto desmadre.

—Está bueno, pero te aviso: si se sale de control, yo no me voy a quedar callada —le dijo con seriedad, aunque en el fondo sabía que acabaría cediendo de todas formas.

Iván se rió suave, y la abrazó con fuerza, como si eso fuera la garantía de que todo estaría bien.

—Contigo a mi lado, no hay nada que se nos salga de las manos, mami.

Así que sin tanto rollo, Kenia se puso las pilas y empezó a ayudarle a Iván con la organización de todo el desmadre. No era cualquier fiesta, era algo en grande, así que la cosa tenía que salir perfecta. Empezó llamando a los jefes de plaza importantes, uno por uno, asegurándose de que todos confirmaran su asistencia.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ━ Ivan Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora