15: ¿¡Cómo puedes hablar de amor!?

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Capítulo 15
"¿¡Cómo puedes hablar de amor!?"

Narra Ángeles

– Por favor, ten cuidado – dijo Draco tomando mis manos mientras me miraba a los ojos.

– Draco, ¿cuándo no he tenido cuidado? – reí – No te preocupes, estaré bien.

– No lo sé... Tal vez no deberías ir... ¿No prefieres quedarte?

– No puedo hacer eso, pero te prometo que volveré contigo cuando todo termine.

– ¿Lo prometes?

– Lo prometo.

– ¿No tienes miedo?

– Bueno, sí, pero debo hacerlo. ¿Qué tal si gano? – dije sonriendo, expectante por lo que podía pasar.

– Cuídate mucho, por favor.

Le di un beso corto y me dirigí al campo, sabiendo que él estaría entre los estudiantes, viendo todo.

-

El día de la última prueba había llegado: el laberinto que me dijo el profesor Moody se alzaba ante nosotros. Era imponente, muy grande, lo suficiente como para no ver nada de lo que pudiera haber allí adentro. Se veía como grandes muros hechos de arbusto. Estaba algo nerviosa, acomodando mi ropa, cuando decidí buscar a Draco entre el público. Estaba junto a Theo, quien tenía una expresión preocupada, pero no como la de Draco... Draco estaba extrañamente preocupado, quiero decir, siempre estaba allí, velando por mi seguridad y porque me sintiera bien, pero esta vez lo sentí diferente. ¿Tal vez sabría lo del laberinto? No debería preocuparse. Está frente a la bruja caótica más poderosa de esta generación, ¿no es así? ¿Acaso no confiaba en mí y en mis capacidades?

Dumbledore nos hizo una seña a los campeones para que nos acerquemos a él. Lo obedecimos, parándonos a su alrededor.

– En este laberinto no hay criaturas mágicas, pero habrá algo más desafiante... Ustedes pueden transformarse allí dentro. Busquen la copa, pero tengan cuidado de no volverse locos, ¿han entendido?

Todos asentimos con algo de miedo y duda, pero sabíamos que debíamos hacerlo. Era la última prueba. Esperaba que todo termine de una vez, así podría dedicarme a la escuela y a estar con Draco. No pensaba en nada más... Luego de este torneo, el año escolar terminaría, y yo volvería a Buenos Aires a pasar mis vacaciones. También estaba ansiosa por ello. Hacía mucho que no veía a mi familia y saber que podría hacerlo pronto me llenaba de felicidad. ¿Tal vez Draco quisiera ir conmigo? Me haría muy feliz que mis padres lo conocieran, que vieran que no todos los Malfoy son lo que ellos piensan que son.

– Queridos campeones, ¡prepárense! – gritó Dumbledore mientras todos aplaudían – Al oír el cañón, ingresarán al laberinto. Ganará el primer mago que toque la copa... ¡Buena suerte! La necesitarán.

Pude ver al profesor Moody en la entrada del laberinto, junto a Harry. Antes de posicionarme en mi lugar, el profesor me miró, haciéndome un gesto con su cabeza, asintiendo; entendía que estaba deseándome suerte, por lo que le respondí el gesto.

El cañón sonó, haciendo que todos ingresemos al laberinto, por distintos lugares. Al entrar, noté que la hierba detrás de mí se cerraba, dejándome en silencio, casi en completa oscuridad. Comencé a caminar despacio, muy asustada. No oía nada ni veía ninguna amenaza, lo cual jamás puede ser indicio de algo bueno. Seguí caminando hacia adelante cuando Victor apareció frente a mí, pero con una apariencia muy diferente... Sus ojos se veían vacíos y sólo miraban al frente, como si estuviera poseído. Decidí no darle mayor importancia y simplemente pasarle por al lado lo más rápido posible, cuando sentí que arrojó un hechizo con su varita.

𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora