Narra Ángeles
– Mierda, Theo – dije susurrando, sólo para que él pudiera oírme – Voldemort va a venir a buscar a Harry y va a matarme.
– ¿Por qué te mataría específicamente a ti? – preguntó también susurrando – Quiero decir, si viene nos matará a todos, ¿no?
– Gracias, Theo, me estás dando muchos ánimos con eso que estás diciendo, tú sí que sabes cómo animar a las personas en los momentos difíciles – suspiré entre risas.
– No, en serio, ¿por qué te mataría? ¿Qué hiciste?
– Dolohov me envió a cuidar el pasaje entre Hogwarts y Hogsmeade, pero quería venir aquí y verte... Va a matarme, ¿verdad? – dije intentando no llorar – Ya estaba dudando de mí, por algo mandó a Dolohov a que me vigile, Dios mío, Theo, no quiero morir ahora, o sea, sí, o no lo sé, carajo, ¿y dónde mierda está Draco?
– Hey – dijo volteándome para verlo a los ojos – nadie va a morir aquí hoy, ¿entendiste? No vas a morir, al menos, no sin pelear, promételo.
– No puedo prometerlo, Theo, ese es el problema...
Sin embargo, nuestra conversación se vio interrumpida por un horrible zumbido acompañado de un dolor de cabeza, que, a juzgar por la cara de los demás estudiantes, todos podíamos oír. Vimos el cielo ponerse oscuro y tormentoso, muy distinto a como estaba antes, mientras las antorchas de las paredes comenzaban a apagarse. Una niña, una pequeña estudiante, había comenzado a gritar de manera desgarradora, aterrorizada, mientras tapaba sus oídos intentando no escuchar aquel horrible zumbido. Podía reconocerlo perfectamente, era Voldemort metiéndose en nuestras cabezas...
Sé que muchos de ustedes van a querer pelear...
Sé que muchos de ustedes incluso deben pensar que esta pelea es justa...
Pero no es así...
Entréguenme a Harry Potter y nadie saldrá herido...
Entréguenme a Harry Potter y me iré de Hogwarts...
Entréguenme a Harry Potter y serán recompensados...
Tienen una hora...
– Mierda, eso fue horrible – dijo Theo susurrando – ¿Eso es lo que solías oír durante tus vacaciones?
Asentí sin poder decir mucho más. Sí, era exactamente esto. El mismo dolor de cabeza, y el mismo terror.
– Y bien – dijo Pansy en voz alta – bueno, Potter está aquí, ¿no? ¿Qué estamos esperando? ¡Entréguenlo!
Todos la observamos en silencio, incluidos los propios chicos de Slytherin. Sabía que si entregábamos a Harry por fin podría ser libre, todos seríamos libres, sin embargo... No podía hacerlo.
Hermione fue la primera en ponerse frente a él, cubriéndolo con su cuerpo, en un claro acto de protección. Luego se acercaron el resto de los miembros de la orden, los demás amigos de Harry, el resto de la familia Weasley, todos firmes y decididos. Por un instante, sentí el impulso de unirme a ellos, de defender lo que realmente era justo. Ya había demasiada gente inocente que perdió la vida por esta estúpida guerra, y también era mi culpa. Si debía dar mi vida por algo más grande que yo, lo haría sin dudar.
– ¡Hay estudiantes en los pasillos! – oímos gritar a un hombre mientras entraba al comedor – ¡Profesora McGonagall, hay estudiantes fuera de la cama! – dijo el señor Filch, que entró corriendo, cargando a su gata.
– Claro, Argus – respondió McGonagall calmadamente – tienen permiso para estar fuera de la cama, no se preocupe.
– Oh... Lo lamento, entonces.
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𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]
Fanfiction- ¿Aún después de lo que te hice? - Sí, Draco... Aún después de lo que me hiciste. ~ Cuando Ángeles Rasmüssen llega a Hogwarts desde Castelobruxo, nunca imaginó que su vida daría un giro tan drástico. Como heredera de un clan temido, siempre le advi...