Capítulo 13
"Muffliato"
Narra Ángeles
Draco seguía llorando en mi hombro y admito que estaba empezando a incomodarme. No que llorara en mí, sino el no entender qué le ocurría como para poder ayudarlo. Sólo repetía que no quería que yo lo odiara, y, pese a decirle que no lo haría ni aunque quisiera, parecía no creerme, o, más bien, parecía que no le alcanzaba con lo que fuera que dijera. Estábamos solos en ese pasillo y ya era cerca de la medianoche, cuando el baile de navidad terminaba. Mañana tendríamos el día libre, por lo que no tenemos la obligación de dormir temprano; y, tras la adrenalina y lo que se juega en este baile, será difícil que alguien quiera acostarse a intentar dormir. Tal vez podría llevarme a Draco a algún lugar donde estuviéramos solos, no para hablar de lo que sea que le esté ocurriendo, porque estaba claro que no quería (o no podía) hacerlo, sino para sacarlo de ese estado de angustia en el que se encontraba... A decir verdad, no quisiera que se vaya a dormir sintiéndose triste.
- ¿Quieres hacer algo? - pregunté, sonriente y expectante.
- ¿De qué hablas? ¿Hacer qué? - contestó él, alzando su cabeza y secándose las lágrimas.
- Bueno... No conozco la torre de astronomía.
Me miró confundido. Dios, me encanta, pero no puedo creer que no entienda las indirectas.
- ¿Y eso qué?
- Que tal vez podríamos ir, ¿no? Digo, estaríamos más tranquilos, no creo que haya nadie ahí ahora... Ni nunca, realmente.
Su expresión indicaba que lo estaba pensando, ¿qué estaba pensando, acaso?
- Ven conmigo - dije sonriendo y tomando su mano mientras corríamos hacia la torre.
No me detuve en ningún momento para ver si la idea siquiera le gustaba, si había parado de llorar, si quería ir o no; para mí, que tomara mi mano y corra conmigo era la señal necesaria de estar de acuerdo con lo sugerido. Cuando llegamos a la torre suspiré, algo cansada. Había corrido mucho luego de bailar, cantar, tener una discusión y besar a alguien. Necesitaba reponerme.
- Y bien... Estamos aquí - dijo Draco, ya sin llorar, pero aún conservaba una expresión seria.
Desde allí podía contemplar casi toda la extensión del terreno de la escuela, además de tener una vista hermosa de las estrellas en ese momento. Estaba fascinada con lo que estaba viendo, y, más aún, por poder estar viéndolo con él en este momento. Sin embargo, sabía que no alcanzaba: había cierto malestar por su parte que no terminaba de irse y que me hubiera gustado arrancarle. Tal vez si le sugiriera temas de conversación, algo del malestar se iría, ¿no? Quería mostrarle que no debía estar preocupado, que yo estaba bien en su presencia y que esperaba que él también estuviera bien en la mía.
- ¿Cuál es tu color preferido? - pregunté, con los brazos cruzados en la baranda, sin dejar de mirar las estrellas.
- ¿Es en serio? Por supuesto que el verde - dijo con una pequeña sonrisa. Bien, el plan funcionaba.
- Qué sorpresa, ¿no es así? - dije riendo y rodando los ojos - Yo no tengo un color preferido, pero tengo muchos colores que me gustan, como el verde, el azul, el negro, el blanco, el mor...
- ¿¿¿Blanco??? Angie, es el color más aburrido que he escuchado jamás - ahora sí, estaba riendo.
- ¡Claro que no! Es un color que queda bien con todos los colores, como el negro, ¿no te parece? No lo sé, aporta luminosidad y elegancia, ¿o por qué decidiste vestir de blanco hoy si no piensas eso?
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𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]
Fanfic- ¿Aún después de lo que te hice? - Sí, Draco... Aún después de lo que me hiciste. ~ Cuando Ángeles Rasmüssen llega a Hogwarts desde Castelobruxo, nunca imaginó que su vida daría un giro tan drástico. Como heredera de un clan temido, siempre le advi...