17: El día estuvo mal, hoy te soñé

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Narra Ángeles
Buenos Aires, Argentina*, 22 de Julio

- ¿No te parece un poco... Radical? - preguntó Circe, preparando el tinte verde.

- Bueno, sí... Sí, lo es - respondí triunfante - pero es la idea, ¿no? Dicen que no hay mejor remedio para un corazón roto que un cambio de apariencia.

- Todavía me tenés que contar qué pasó, ¿te acordás?

Circe había comenzado a aplicar el tinte verde fosforescente en mi pelo. Me había decolorado algunos mechones y quería teñirlos a verde, al verde más fuerte que había encontrado en la perfumería.

- Ay, Circe, es una historia aburrida, no creo que quieras escucharlo - mentí.

- ¡Claro que quiero escucharlo! Sos mi mejor amiga, y si tenemos que odiar a un chico, lo vamos a hacer juntas.

Solté una carcajada. Circe era la mejor y siempre sabía cómo hacerme sentir bien.

- Bueno... Draco y yo... - dije, con la voz al borde de quebrarse - Él y yo éramos muy distintos al final... Creo que queríamos distintas cosas.

- Qué raro... - dijo pensativa.

- ¿Qué?

- Siempre dijiste que lo distinto es lo que te complementa, que es muy aburrido estar con alguien exactamente igual, ¿no era así? ¿Por qué con él eso es diferente?

Circe tenía razón. Siempre abogué por las diferencias en las relaciones, relaciones donde las personas pudieran complementarse, aprender y crecer con las diferencias.

- Hay valores que son innegociables.

- ¿Valores? - preguntó asombrada - Angie, ¿qué te hizo ese chico?

- No quiero hablar de eso ahora, ¿sí? - dije con una sonrisa falsa - No te distraigas o mi pelo se va a ver horrible.

- ¿Horrible como el pelo de aquel chico extraño de sexto año? - comenzó a reír - Dios mío, ¿te acordás? ¡Te quiso besar!

- Ay, podía vivir sin recordarlo - comencé a reírme yo también - todo el mundo sabe que si quiere estar cerca de mí, mínimamente tiene que estar bañado y perfumado, limpio.

- Ese tal Malfoy siempre se veía impecable, ¿no? Qué lástima, era muy lindo...

- ¿Perdón? - dije con los ojos abiertos, pero aun riendo - ¡Eso estuvo de más! - reí más fuerte - Pero sí, era lindo... Todo con él era lindo... Él era... Genial... A veces me sentía tonta al lado de él, intensa, insignificante...

Circe giró la silla, desviándome del espejo y haciendo que quede frente a ella.

- Angie - comenzó seriamente - tu nombre es Ángeles Rasmüssen, una maldita Rasmüssen. Nunca en tu vida un chico pudo bajarte el autoestima, y ésta no va a ser la primera vez que pase, ¿entendiste? Vos sos... Fuerte, hermosa, y joven, ¿o no? Nadie vale tanto tu dolor.

No pude evitar reírme ante lo que Circe había dicho. En verdad tenía razón. No podía dejar que lo de Draco afectara mi autoestima; quiero decir, sigo siendo hermosa, aún con el corazón roto.

- Uy, Circe, subí el volumen, por favor.

Estábamos escuchando una canción en la radio, "arruinarse", de Tan Biónica. Estaba sonando el estribillo. Siempre fue una canción muy emotiva que podía hacerme remover algo del malestar que cargaba por una u otra cosa, y, esta vez, sonaba diferente. Parecía escrita para mí. Nos miramos con Circe y comenzamos a cantar a los gritos, como si algo de eso pudiera sacar el malestar que llevábamos dentro...

𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora