19: Nunca te mentí cuando te dije que te am...

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– ¿Qué te pasó en el pelo? – preguntó Theo, divertido y asombrado, tocando mi pelo con cuidado.

– ¿Cómo que qué me pasó? Es un cambio de estilo, ¿por qué? ¿No te gusta?

– ¡Claro que sí! No quise decir eso. Sabes que cuentas con mi apoyo para que hagas con tu apariencia lo que quieras – dijo tomando mis manos – además combina con el uniforme.

– ¿Lo ves? He pensado en todo. No haría algo que no me quedara bien con el uniforme de Slytherin... Después de todo, también soy una chica – reí.

– Nunca dudaría de que fueras una chica, Angie – levantó sus manos en señal de rendición sin parar de reír – ¿Qué tal estuvo Buenos Aires?

Mierda. ¿Qué podía decir? "Oh, no estuve mucho, tuve que volver porque Voldemort me amenazó con matar a Draco". Sí, seguro eso funciona...

– Bastante bien, la noche de mi cumpleaños fue... Interesante, si entiendes a lo que me refiero...

– ¿Noche? ¿Qué hiciste?

– Bueno, ¡mi amiga Circe y yo nos colamos en un bar para beber alcohol gratis! ¡Y nadie se dio cuenta! Pude probar el champagne por primera vez, pero no fue de mi agrado.

– ¿¿Tomaste alcohol?? ¡Tienes 16! ¿Es legal siquiera?

– Theo, cuando puedes hacer magia, la línea entre lo legal e ilegal es muy fina – dije guiñando un ojo.

– Angie, eres increíble – dijo con una sonrisa triunfante.

– Lo sé – respondí riendo – deberías salir de fiesta conmigo algún día.

Theo y yo no parábamos de reír. Estaba feliz, y no había visto a Draco de momento, ni en el tren, ni en la escuela. Me pregunto si estaría bien, o bueno, si estuviera mal, me hubiera enterado, ¿no es así? Theo no había dicho nada de él, ni tampoco otros chicos de Slytherin...

Decidí dejar de pensar en Draco para entrar una vez a la escuela junto a Theo. El clima era genial, tanto que me daba gusto estar afuera, pero entiendo que no podíamos hacerlo; no podíamos llegar tarde, y menos el primer día.

Al llegar a la mesa de Slytherin, pude ver a Draco sentado en una de las esquinas, solo, simplemente mirando la mesa, sin hablar con nadie. A decir verdad, su imagen era realmente patética. Se veía solo, abrumado, aburrido, triste, y cualquier adjetivo deprimente que se me hubiera ocurrido en el momento. Moría de ganas de acercarme para hablar con él y saber cómo había pasado sus vacaciones, aunque a juzgar por su cara, no parecían haber sido las mejores...

– No irás con él, ¿o sí? – preguntó Theo en un tono acusatorio.

– ¿Debería? – pregunté con sinceridad y curiosidad.

– ¡Angie! ¿Debo recordarte lo que te hizo?

– No, Theodore, no tienes que recordármelo porque ya lo recuerdo yo – dije sarcástica – es sólo que... Míralo, está muy solo. Se ve miserable.

– Es lo que es, un maldito miserable.

– ¡Theo! – reí – No voy a permitirte que hables así de él.

– Entiendo, ¿vas a defenderlo después de lo que te hizo? ¿Tanto aprecio le tienes?

– ¿Y qué si fuera así? – respondí desafiante.

En ese momento, Dumbledore apareció por uno de los costados, llamando la atención a todos haciendo sonidos con la garganta.

– Queridos alumnos – comenzó – este año tenemos algunos cambios en el plantel. Les presento a la profesora Grubbly-Pank, ella se hará cargo de las criaturas mágicas mientras Hagrid no está.

𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora