Narra Ángeles
– Ahora tienes clases con Slughorn, ¿verdad? – preguntó Theo, sacándome de mis pensamientos – No me vendría mal algo de ayuda de su alumna estrella...
– ¡Theo! – reí golpeando su brazo – Si soy la alumna estrella de Slughorn es gracias a ti y cómo me ayudaste antes con las pociones, ¿recuerdas? Esa vez que te dormiste en la biblioteca...
Theo se sonrojó y rió mirando hacia abajo ante el recuerdo. Debió haber sido vergonzoso para él, ¿no? Quiero decir, comenzar a roncar en la biblioteca de Hogwarts no debió ser el plan que tenía en mente para ese día.
– Por Merlín, no me lo recuerdes – rió – bueno, creo que debería irme. No te conté, pero la profesora Sprout quiere verme. Al parecer soy muy bueno en herbología y tiene la intención de que estudie eso algún día, ¿te imaginas? De ahora en más deberás referirte a mí como el profesor Nott.
– Theo... – dije con una sonrisa suave – ¡Eso es genial! ¿Por qué no me lo habías contado antes?
– ¿Cuándo podría hacerlo si estás todo el día junto a Malfoy? – preguntó rodando los ojos.
No podía culparlo, tenía razón: todo el día estaba con Draco. No era que me molestara en lo absoluto, y estoy segura de que a Theo tampoco le molestaba, aunque Draco no le cayera bien, pero sí era cierto que lo estaba descuidando mucho, quiero decir, ¡mi mejor amigo podría volverse profesor de herbología en Hogwarts y yo no lo sabía! Theo debe odiarme. Debe pensar que soy la peor amiga del mundo. Pero, a la vez, sabía que entendía perfectamente todo lo que estaba pasando en mi vida en ese momento. Aún no había querido contarle lo de los Weasley, no sólo porque era muy reciente y ni yo lo había procesado, sino que no quería agregarle otra preocupación.
– Tienes razón, Theodore, lo lamento – dije abrazándolo – te prometo que trataré de estar más tiempo contigo. Es sólo que, tú sabes... Las cosas han sido muy difíciles para mí. Me cuesta hacerme tiempo para las cosas que me gustan, como estar contigo – sonreí.
– ¿De verdad te gusta estar conmigo? – dijo Theo sonrojado con una gran sonrisa.
– Theo, es muy temprano...
– ¿Para qué? – preguntó sin entender.
– Para que preguntes estupideces – dije con una sonrisa.
– ¡Angie! – dijo riendo y golpeando mi brazo, como yo hacía con él – Lo lamento, hace tanto no estás conmigo que ya ni siquiera sé si te caigo bien, ¿sabes? – dijo fingiendo estar triste.
– Ay Theo, por favor – rodé los ojos y sonreí – me gustaría demostrarte que eres un tonto por pensar eso, pero tengo que irme si quiero mantener mi fama de alumna estrella.
– Tienes razón, vete de aquí, no quiero verte, Rasmüssen – dijo mientras reía y me empujaba.
Le lancé un beso mientras me iba, aún sonriendo, y me dirigí al salón de pociones. Sabía que si alguien podría saber algo sobre aquel famoso collar y aquella estudiante en San Mungo, debía ser Slughorn, y, sabía que si había alguien a quien se lo contaría, era a mí. Podía leer sus pensamientos y él no lo sabía, eso debía ser una ventaja, ¿no?
Al entrar al salón sabía que faltaban alrededor de treinta minutos para que la clase comience, pero el profesor ya estaba ahí, sentado en su escritorio, ocultando su rostro con sus manos, con una expresión preocupada.
– ¿Profesor? – dije entrando al salón.
– Oh, Ángeles, pasa, pasa – dijo fingiendo estar bien, reincorporándose en su escritorio – no te esperaba tan temprano.
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𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]
Fanfiction- ¿Aún después de lo que te hice? - Sí, Draco... Aún después de lo que me hiciste. ~ Cuando Ángeles Rasmüssen llega a Hogwarts desde Castelobruxo, nunca imaginó que su vida daría un giro tan drástico. Como heredera de un clan temido, siempre le advi...