27: Debes matar a Albus Dumbledore

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Narra Draco

La reunión en la gran mansión esta vez venía acompañada de un frío que no había sentido jamás. Las reuniones eran igual que siempre: Voldemort a la cabecera de la mesa, Nagini a su lado, sus seguidores sentados en cada lado de la mesa, y yo, junto a mi familia, mi tía, mi padre y mi madre. Voldemort nos miraba a todos con una expresión de enfado, y sabía perfectamente por qué era esto: habían perdido la profecía; y no sólo eso, sino que fue mi padre el responsable de aquello porque fue a él quien se le cayó de las manos, rompiéndose en pedazos. Sabía lo mucho que Voldemort podía enfurecerse con mi padre, quien pasó de ser su seguidor más fiel a ser un completo inútil en cuestión de una noche. Me preocupaba mucho lo que pudiera hacernos por ese error...

- Lucius - comenzó - creí haber sido claro cuando dije que no toleraría errores... ¿Puedes explicarme qué ocurrió anoche? - dijo con una sonrisa malvada en su rostro.

- Mi señor - contestó mi padre, poniéndose de pie - las cosas en el ministerio se pusieron... Difíciles. El muchacho Potter y sus amigos estaban allí...

- Claro que estarían allí, Lucius, fue exactamente lo que les advertí antes de ir, que tuvieran cuidado porque Potter no iría solo, ¡y aún así se dieron el lujo de fallar! - dijo con un golpe seco en la mesa - Y, para desgracia de ustedes, nuestra nueva adquisición terminó mal herida cuando les pedí expresamente que la protegieran. ¿Tienen idea de lo que esa joven puede hacer por nosotros como para que ustedes no hagan nada por ella? ¿No soy claro cuando hablo?

¿Cómo podía referirse a ella como una nueva adquisición y nada más?

- Señor - interrumpió Bellatrix - ella luchó con mucho valor. Fue Sirius Black quien la lastimó, pero descuide, ya me encargué del traidor... - dijo bajando la voz mientras sonreía - No te preocupes, Draco - dijo volteando a verme - Sirius Black ya tuvo su merecido por haber tocado a tu noviecita.

Entendía a lo que Bellatrix se refería con haberse encargado de Sirius Black. No podía negar que estaba feliz de que hubiera recibido su merecido, pero no paraba de preguntarme si Ángeles lo había visto, si Ángeles había visto morir a una persona... No pude responderle nada a Bellatrix, porque sabía que cualquier palabra que intentara decir demostraría mi vulnerabilidad en ese momento. Nadie más que yo sabía cuánto me estaba costando mantener la compostura ante la presencia de Voldemort en mi casa, otra vez, no importa cuántas veces haya estado ya.

- ¿Cómo está ella? - preguntó Voldemort con curiosidad.

- Ella se está recuperando bien, mi señor - dijo mi padre - Narcissa se hizo cargo de ella. Al paso que va, estará lista en cualquier momento.

¿Estará lista? ¿Lista para qué? ¿Para seguir arriesgando su vida?

- Oh, no tengo dudas de que estará lista. Yo mismo pude sentir todo su poder esa noche, y fue... Indescriptible. Ángeles tiene mucho potencial, pero eso no es novedad, ¿no? Al fin y al cabo, carga con el linaje de los Rasmüssen... Estoy seguro de que con el entrenamiento adecuado, será aún más útil - dijo con una sonrisa.

- Mi señor - interrumpí, temblando - Yo... Ella casi muere esa noche, ¿no le parece que arriesgarla sería contraproducente?

Voldemort ladeó su cabeza, sonriendo, mientras se levantaba con dirección a donde yo estaba sentado.

- ¡Draco! - gritó mi padre - ¿Estás cuestionando las decisiones del señor tenebroso? ¡Pensé que ya habíamos habl...

- Shh - dijo Voldemort, haciéndole a mi padre un gesto con su mano para que se calle - Lucius, no seas tan duro con tu hijo... Es comprensible que esté confundido, ¿no es así, Draco? - dijo tomándome de los hombros detrás de mí - Draco es aún un chico joven después de todo, y los encantos de una jovencita tan poderosa podrían nublar el juicio de cualquier joven, aún de alguien como tú, Draco - podía sentir como sonreía.

𝐔𝐧 𝐦𝐢𝐥𝐥ó𝐧 𝐝𝐞 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 [Draco×OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora