Narra TN: Mi rutina en Buenos Aires ya era casi automática: levantarme, revisar el teléfono, y luego decidir si quedarme en la cama unos minutos más o levantarme al instante, estiré el brazo hacia la mesita de noche y tomé el móvil, aún medio dormida. Vi varias notificaciones, pero una en particular llamó mi atención. Era un mensaje de Israel. Me incorporé un poco, el corazón latiendo más rápido de lo habitual. Hacía tiempo que no recibía un mensaje largo de él, y de alguna manera, presentía que esto no sería una conversación cualquiera.
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Isra R 💗
Israel: He estado pensando en ti. Sé que llevamos tiempo sin hablar mucho, pero quiero que sepas algo: te estoy esperando. No sé qué pasará cuando vuelvas, pero realmente quiero que funcione entre nosotros. No estoy interesado en nadie más, y aunque la distancia es difícil, siento que vales la pena.
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Leí el mensaje una, dos, tres veces. Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de emociones que me atravesó por completo, sabía que Israel había estado en mi mente todo este tiempo, que yo también lo había estado esperando, pero leer esas palabras de él lo hacía todo más real, más palpable. No era solo algo que yo esperaba, sino algo que también él deseaba, suspiré, en el fondo, siempre había tenido la esperanza de que, cuando regresara a México, algo podría pasar entre nosotros. Pero leerlo de él... era diferente.
Me levanté, sintiendo la necesidad de procesar todo mientras caminaba por mi pequeña habitación. Después de leer el mensaje de Israel por tercera vez, escuché que Clara entraba al apartamento. Estaba en la cocina preparando café, y yo aún no había salido de mi habitación. Me levanté, con el teléfono en la mano, sintiendo una mezcla de nervios y emoción, y fui directo hacia ella.
TN: Clara, me escribió Israel.
Clara: ¿En serio? ¿Qué te dijo?
TN: Me dijo que me está esperando, que quiere que funcione cuando vuelva.
Clara: ¡Wow! ¿Y tú qué sientes?
TN: Estoy feliz, siempre quise que pasara algo entre nosotros... pero la distancia me da miedo.
Clara: Si ambos lo quieren, vale la pena intentarlo. No dejes que el miedo te frene.
Yo: Tienes razón... solo necesito confiar.
Clara: Exacto, sigue disfrutando aquí, pero sabiendo que tienes algo bonito esperándote.
Buenos Aires me había regalado muchas cosas: amigos nuevos, experiencias, independencia... pero había algo que todavía me faltaba, algo que no encontraba aquí. Y ahora, con este mensaje, entendí que Israel seguía siendo esa pieza importante que me hacía falta. Me dejé caer en el sofá, mirando la pantalla del teléfono mientras pensaba en cómo responderle. Finalmente, escribí:
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Isra R 💗
TN:Isra, no sabes cuánto significa para mí leer esto. Yo también he estado pensando mucho en ti. La distancia ha sido difícil, y aquí he tenido oportunidades de distraerme, de vivir otras experiencias, pero en el fondo siempre has estado presente. No sé exactamente qué pasará cuando vuelva, pero también quiero que funcione entre nosotros. Y saber que estás dispuesto a esperarme me hace sentir... más segura. Gracias por ser tan sincero.
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Lo envié, y me quedé mirando la pantalla, esperando que él también sintiera el alivio que ahora recorría mi cuerpo. Aunque el futuro era incierto, ese mensaje nos acercaba, incluso a miles de kilómetros de distancia.
