Narra Israel: Era un martes como cualquier otro, pero desde que __ se había ido a Argentina, los días parecían tener una rutina mucho más marcada. Después de un café rápido me puse los tenis y salí a correr. Era mi manera de despejar la mente antes de enfrentar el día, después de correr, me duché rápido y me fui al club. Hoy teníamos un entrenamiento ligero, cuando llegué, los chicos ya estaban ahí, bromeando como siempre.
Ramón: Ey, Isra! ¿Qué pasa? ¿Te ves un poco distraído hoy?
Intenté disimular, pero Ramón siempre tenía ese sexto sentido para notar cuando algo me molestaba.
Israel: Nah, todo bien. Solo pensando en algunas cosas.
Brian: ¿En "algunas cosas" o en "alguien" ?
Solté una risa forzada y negué con la cabeza.
Israel: Ya sabes cómo es. Estoy bien.
Ramon: Aunque estés bien, sabemos que en el fondo la sigues extrañando.
Ale: Te aseguro que todos.
Seguimos entrenando, haciendo algunos ejercicios y tiros al arco. Por un par de horas, logré concentrarme en el fútbol y olvidarme de todo lo demás. Pero, después de la práctica, mientras nos cambiábamos en los vestuarios, Malagón sacó su teléfono y comentó algo que no esperaba.
Malagón: Oye, Isra, ¿has visto las últimas historias de __? Parece que se la está pasando increíble allá.
Sentí una punzada en el pecho, pero intenté actuar con normalidad.
Israel: Sí, vi algunas. Está disfrutando su intercambio.
Emilio: Sí, aunque hay un tipo que parece estar siempre a su lado, ¿no? ese tal Valentín.
Ale: Esa chica tiene tanta suerte para conocer futbolistas
Brian: Eso parece.
Traté de no mostrar ninguna reacción, pero el nombre de Valentín volvía a sonar, como un recordatorio de lo lejos que estaba __, no solo en distancia, sino también en la vida que estaba construyendo allá. Al terminar el entrenamiento, volví a casa, sintiéndome algo apagado, después de un rato, tomé el teléfono y revisé mis redes sociales. No podía evitarlo. Vi las historias de ___, riendo con sus amigos, disfrutando de la vida en Buenos Aires, para mí buena suerte no es encontré más imágenes con Valentín, suspiré y bloqueé el teléfono. No quería sentirme así, no quería dejar que las dudas me controlaran. Finalmente, antes de dormir, decidí enviarle un mensaje.
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TN 💘
Israel: Espero que estés bien. Me imagino que todo sigue movido allá. ¿Cómo va la semana?
TN: Hola, Isra! Todo bien por acá, gracias por preguntar. La semana ha estado bastante ocupada con la uni y conociendo más la ciudad. Es una locura, pero me encanta. ¿Cómo van las cosas por allá? Seguro has tenido mucho que hacer con el fútbol, ¿no?
TN: Ah, por cierto, el partido estuvo genial. Nunca había visto algo así, fue toda una experiencia. :) Espero que pronto tengamos tiempo de hablar más.
Israel: Me alegra que te lo estés pasando bien y que estés disfrutando todo por allá. Imagino que debe ser increíble ver un partido de ese nivel en vivo.
Israel: Por acá todo bien, el club sigue siendo el mismo de siempre. Tuvimos un par de entrenamientos duros esta semana, pero nada que no se pueda manejar. Se te extraña por acá.
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Me quedé mirando el techo un rato, intentando no pensar demasiado en todo lo que pasaba entre nosotros. La distancia lo complicaba todo, pero en el fondo seguía esperando que, de alguna forma, las cosas se mantuvieran bien entre ella y yo.
