Cap 36

128 8 0
                                    

Narra TN: El día que tanto quería y a la vez temía estaba por llegar, mañana me iría a Argentina, lo primero que hice fue ir a mis clases y cuando estuve libre al club a despedirme de todos. Debo ser honesta, no he hablado con Israel desde aquella cena y no sé qué vaya a pasar hoy. El sol estaba comenzando a ocultarse cuando llegué al club, las risas y gritos de los chicos practicando resonaban por todo el campo, y por un momento me quedé a lo lejos, observándolos, era una sensación extraña saber que esta sería la última vez que los vería a todos antes de irme a Argentina. Cuando me acerqué, Ramón fue el primero en notarme.

Ramón: ¡Mira quién llegó! ¡La estrella del equipo!

Los demás comenzaron a acercarse también.

Emilio:  Te vamos a extrañar, ¿eh? No va a ser lo mismo sin ti aquí.

Ale: Sí, seguro que en Argentina no juegan al fútbol tan bien como nosotros,

Los demás se unieron a mi, todos con la misma energía de siempre, tratando de hacerme reír y restarle importancia a la despedida.

Brian: Te deseo lo mejor allá. Pero acuérdate de nosotros, ¿eh? No te vayas a olvidar del equipo.

TN: Eso nunca. Voy a estar pendiente de cómo les va en los partidos.

Malagon: Esperamos que regreses pronto y nos sigan acompañando a los partidos.

Kevin: Nunca te lo dijimos, pero creemos que eres nuestro amuleto de la buena suerte.

Entonces, inevitablemente, mis ojos buscaron a Israel. Estaba unos pasos atrás, en silencio, como si no supiera qué decir, no estaba tan animado como los demás. Sabía que esto no iba a ser fácil para él, ni para mí. Me acerqué un poco más, sintiendo que el tiempo se nos acababa y que algo tenía que decir, aunque no sabía qué.

TN: Israel...

Al terminar de pronunciar su nombre vi como él bajó la mirada por un segundo, intentando forzar una sonrisa, aunque no le salió del todo.

Israel: Te vamos a extrañar.

No sabía cómo reaccionar y yo tampoco. Los demás seguían charlando y riendo, pero entre nosotros dos, el aire era distinto, pesado. Nos quedamos en silencio, sin saber cómo despedirnos realmente. Finalmente, lo único que pude hacer fue darle un abrazo, sintiendo la incomodidad en él, la misma que yo tenía dentro.

TN: Gracias. Cuídate, Isra.

Me di media vuelta con el nudo que tenía en la garganta cada ves más apretado, no supe qué más podía decirle, solo esperaba que entendiera todo lo que no podía decir en ese momento. Camine a la salida del campo, gire la cabeza por un momento y pude verlos a todos mirándome mientras se abrazaban, cuando sus miradas se cruzaron con la mía, todos a coro dijeron

"Buen viaje ____"

Al fondo de esa imagen que resultaría tan bonita estaba Israel, cabizbajo y cuando escucho aquella frase se giró, pude ver como su espalda subía y bajaba. Me fue imposible evitar que algunas lágrimas saltaran de mis ojos, para evitar que los chicos me vieran llorar, les mandé un beso, me gire, moví la mano en señal de adiós y salí del club.

Pero te conocí. -Israel Reyes y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora