Cap 35

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Narra Israel: Me desperté con una sensación extraña, todavía podía sentir el sabor del beso en mis labios, como si hubiese sido un sueño, uno de esos que no quieres que termine nunca. Pero no fue un sueño, pasó de verdad; apenas abrí los ojos, la escena de anoche en el restaurante se repetía en mi cabeza, sobre todo ese momento, cuando nuestros labios se encontraron. Todo parecía perfecto, hasta que ella dijo esas palabras, me quedé en la cama, mirando el techo, tratando de procesarlo. ¿Cómo se suponía que iba a sentirme? Estaba emocionado por lo que habíamos compartido, por la confesión de que a ella también le gusto, pero... en dos semanas se va. Me quedé dándole vueltas a esa idea, no tenía mucho tiempo pues tenía entrenamiento así que pese a mis sentimientos me preparé para el club.

Ramón: Que onda Isra, llegas tarde

Israel: Ya se

Ramón: Para tu buena suerte aún no llega el profe.

Israel: Genial, así puedo comer un poco, tengo el estómago vacío.

Igor: ¿No desayunaste?

Israel: No. Estaba pensando en otras cosas

Kevin: A ver, cuéntanos.

Nos fuimos todos al comedor, mientras desayunaba y ellos me acompañaban les conté lo que sucedió ayer en el restaurante.

Israel: La chica que me gusta, la misma que anoche me besó, va a estar a miles de kilómetros de distancia, quién sabe por cuánto tiempo. Y yo, aquí, en México, con una confesión y una despedida inevitable.

Igor: No quisiera estar en tus zapatos hermano

En cuanto acabe de desayunar, nos habló Henry que ya había llegado el entrenador, así que corrimos al gimnasio y empezamos con nuestro día, después de unas cuantas horas de entrenamiento, volví a casa, comí y me acosté por unas horas en mi cama, tiempo después me levanté y revisé el teléfono, ningún mensaje de ella, pero tampoco esperaba uno. Aún así, mis dedos temblaron un poco al desbloquear la pantalla. ¿Qué le iba a decir? ¿Debíamos hablar de lo que pasó? ¿De lo que pasará?

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Narra TN:  Me desperté con una mezcla de emociones, el beso de anoche seguía presente en mi mente, y no pude evitar sonreír al recordarlo. Fue un momento que había imaginado tantas veces, pero que nunca pensé que realmente sucedería. Al fin le dije a Israel lo que siento por él, y fue tan liberador... hasta que tuve que decirle lo de Argentina. El silencio que siguió a mis palabras fue difícil de soportar, vi en su rostro la sorpresa, la incertidumbre, y me dolió; no quería arruinar lo que acababa de comenzar, pero tampoco podía dejar de ser honesta.

TN: ¿Será que hice lo correcto? ¿Le di esperanza solo para dejarnos en incertidumbre?

TM: ¿Estás hablando sola?

TN: Solo pensaba en voz alta.

TM: Ya es tarde debes ir a la universidad

Mientras me vestía, mi mente seguía enredada en la confusión de la noche anterior. El beso, la confesión, Argentina... Todo parecía tan complicado ahora. Había deseado tanto ese momento con Israel, pero justo cuando lo tuve no resultó como quería, con la mochila al hombro, salí de casa, pero mientras caminaba hacia la universidad, todo lo que podía pensar era en qué le diría a Israel cuando lo viera de nuevo.

Pero te conocí. -Israel Reyes y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora