Narra Israel: El sonido del despertador me sacó de un sueño pesado, pero no profundo, desde que ___ se fue, no había dormido bien. Apagué la alarma y me quedé mirando el techo por un momento, tratando de sacudir el cansancio, pero lo que me pesaba no era el sueño, era su ausencia. Me levanté lentamente, el entrenamiento me esperaba, como todos los días, pero hoy se sentía diferente. Empezamos a entrenar, y aunque mis piernas se movían, mi mente estaba en otro lugar.
Ramón: Oye, Isra, ¿has sabido algo de ___? Debe estar ya en Argentina, ¿no?
Ale: Sí, seguro ya está conociendo todo. La verdad qué la experiencia de irse a otro país así, tiene que ser increíble.
Israel: No, no he hablado con ella pero seguramente ya está en Argentina.
Emilio: Seguro ya está buscando algún equipo de fútbol allá para humillarlos a todos con su estilo.
Brian: Ojalá! Nos representaría bien. Aunque la vamos a extrañar aquí.
Malagón: ¿Y tú qué, Isra? Se notó ayer que te pegó bastante su despedida.
Israel: Sí, obvio que la vamos a extrañar... Pero bueno, es su oportunidad. Hay que apoyarla, ¿no?
Ramón: No es solo que la vamos a extrañar. A ti te pesa más, ¿verdad? Todos vimos cómo te quedaste cuando ella se fue, tu actitud no es solo de extrañar a una amiga.
Ale: Sí, hermano, no te hagas. Nos dimos cuenta. Entre tú y ella... hay algo más, ¿o me equivoco?
Israel: Es complicado. La verdad es que sí, me gusta desde hace tiempo y justo cuando finalmente lo hablamos, se tuvo que ir.
Álvaro: Uf, qué mala jugada del destino. Pero mira, si de verdad hay algo entre ustedes, la distancia no será el fin de todo.
Chava: Sí, Isra, no te desanimes. Es difícil, pero quién sabe, puede que esto los una más.
Henry: Además, tenemos que hacerle saber que aquí nos tienes a nosotros para distraerte. No vas a estar solo en esto.
Israel: Gracias, chicos. Solo necesito tiempo para asimilarlo, pero tienen razón, no voy a perder la esperanza. Lo que tenga que ser, será.
Ramón: Eso es! Ahora vamos a darlo todo en el campo, que ___ nos estaría echando porras desde allá.
Al final del entrenamiento, mientras los chicos seguían charlando, yo solo me senté en el césped, mirando al cielo. El mismo cielo que ella estaría viendo, aunque ahora desde otro país. Me preguntaba muchas cosas pero sobre todo me preguntaba ¿cuando la volvería a ver?, me quedé un rato en el vestuario mientras los chicos se iban. Me senté en el banco, mirando mi teléfono, esperando algún mensaje de ___, pero la pantalla seguía en blanco.
Caminé de vuelta a casa despacio, con los pensamientos divididos entre lo que fue y lo que podría venir. Todo se sentía extraño, como si algo esencial hubiera cambiado. Cuando llegué, me tiré en la cama, sin ganas de hacer nada, abrí el teléfono una vez más, y entonces vibró. Un mensaje de ___:
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TN 💘TN: Acabo de salir a explorar Buenos Aires. Te extraño.
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Sonreí levemente. Al menos, no estaba solo en esto.